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La Mejor Musulmana

La Verdadera Musulmana Usa Correctamente El Hiyâb

La musulmana utiliza correctamente el hiyâb cuando sale fuera de su casa. El hiyâb es una vestimenta islámica distintiva, cuyas características han sido claramente definidas en el Corán y la Sunnah. Ella no sale fuera de la casa, ni se presenta ante un hombre no mahram, usando perfume, maquillaje u otros adornos, porque sabe que eso es harâm según el Corán:

La Verdadera Musulmana No Permanece A Solas Con Una Persona Extraña

La obediencia a Allah  y a Su Mensajero sólo puede ser alcanzada siguiendo sus mandatos y manteniéndose alejada de lo prohibido. Una manera, por la cual la musulmana obedece a Allah y a Su Mensajero es no permaneciendo a solas con un extraño (aynabi), es decir un hombre con el que no tiene lazos de parentescos, porque hacer esto es un acto harâm, de acuerdo al consenso de los sabios sobre las bases del Hadîz:

La Verdadera Musulmana Es Obediente A Los Mandatos De Allah

La auténtica musulmana no olvida que está moralmente obligada a realizar todos los deberes religiosos que Allah  le ha implementado efectuar. Con respecto a esto, su situación es la misma que la de un hombre, y no existe diferencia alguna entre ellos, a excepción de unas pocas regulaciones que se aplican con exclusividad ya sea a los hombres o a las mujeres.

Ella hace ‘Umrah

Así como el hayy es obligatorio para la musulmana, también lo es la ‘umrah, siempre que se encuentre posibilitada de hacerla. Especialmente la ‘umrah durante Ramadân, cuya recompensa es equivalente a la de haber realizado el hayy con el Profeta .

La Verdadera Musulmana Participa Del Hayy Peregrinando A La Sagrada Casa De Allah

La verdadera musulmana tiene el propósito de emprender el hayy a la Casa de Allah  cuando sea capaz de llevarlo a cabo, y le sea fácil viajar. Antes de salir de viaje, ella se toma un tiempo para estudiar las reglas (ahkâm) del hayy a fondo, para que cuando comience a efectuar los rituales del hayy, sus actos estén basados en una comprensión veraz. Así, su hayy será completo, de acuerdo a las condiciones establecidas por la sharî‘ah.

La Verdadera Musulmana Observa El Ayuno Nâfil

La verdadera creyente también observa el ayuno nâfil en otros períodos además de Ramadân, si no le resulta demasiado difícil hacerlo. De esta forma, ella ayuna los días de ‘Arafât, ‘Âshûrâ', y el noveno día de Muharram, pues ayunar en estos días, así como otros, es uno acto virtuoso que puede expiar pecados, según el Profeta  nos dijo.

La Verdadera Musulmana Ayuna Durante El Día Y Reza Durante La Noche En Ramadân

La verdadera musulmana ayuna el mes de Ramadân y su alma entera se llena de fe: "A quien ayune Ramadân con fe y esperanza de ser recompensado le serán perdonados todos sus pecados anteriores." [1] La creyente tiene la actitud de alguien que ayuna honestamente, cuyas facultades se mantienen alejadas de toda clase de pecados que puedan invalidar el ayuno o disminuir su recompensa.

La Verdadera Musulmana Paga El Zakâh De Sus Bienes

La musulmana paga el zakâh de sus propios bienes cuando, debido a su riqueza, éste se torna una obligación para ella. Todos los años, en una fecha específica, ella calcula cuántos bienes posee y paga lo que le corresponde, porque el zakâh es un pilar del Islam, y no puede haber compromiso o excusa alguna cuando llega el momento de pagarlo cada año, aún cuando la suma es de miles o millones.

La Verdadera Musulmana Celebra Sus Oraciones De Manera Adecuada

La fiel musulmana se esfuerza con ahínco en realizar sus oraciones de manera adecuada, con una profunda concentración y precisión en sus movimientos físicos. Ella reflexiona sobre el significado de las aleyas que está recitando, y sobre las palabras de alabanza y glorificación que está pronunciando. Su alma se colma con el temor a Allah , y con la gratitud y la sincera devoción hacia Él.

La Verdadera Musulmana Reza Las Oraciones Sunan Y Nauâfil

La creyente no se limita a las cinco oraciones diarias obligatorias, sino que también reza las oraciones sunnah que el Profeta  solía celebrar regularmente (ar rauâtib), y reza tantas de las nauâfil (supererogatorias) como le permitan su tiempo y energía. Estas oraciones incluyen el salâh ad duhâ, la oración sunnah que sigue a al magrib, y las oraciones ofrecidas a la noche.

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