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La Mejor Musulmana

La Verdadera Musulmana Ella No Imita A Los Hombres

La musulmana orgullosa de su identidad islámica no imita a los hombres, porque sabe que para una mujer, imitar a los hombres o que un hombre, imite a las mujeres está prohibido por el Islâm. La sabiduría y la ley eterna de Allâh  dictaminan que los hombres tienen un temperamento diferente al de las mujeres y viceversa. Esta distinción es esencial para ambos sexos, pues cada uno de ellos tiene su propio rol particular que jugar en esta vida.

La Verdadera Musulmana Escoge Un Trabajo Que Satisfaga Su Naturaleza Femenina

El Islâm ha librado a las mujeres de la carga de tener que trabajar para ganarse la vida y lo ha hecho obligatorio para su padre, hermano, esposo, u otro pariente de sexo masculino que la sustente. Por ello, la mujer musulmana procura no trabajar fuera del hogar, a menos que existan necesidades económicas apremiantes, debido a la falta de un pariente o un esposo para mantenerla honrosamente.

La Verdadera Musulmana No Busca El Divorcio De Otra Mujer Para Poder Tomar Su Lugar

La fiel musulmana siente que está viviendo en una comunidad musulmana cuyos miembros son sus hermanos y hermanas. En tal comunidad de guía divina, el fraude, el engaño y la traición y todas las demás actitudes viles imperantes en las sociedades que se han apartado de la guía de Allâh    están prohibidos.

La Verdadera Musulmana Sigue La Etiqueta Islámica Cuando Estornuda

No constituye un secreto para la musulmana que, así como el Islâm ha definido los modales que regulan el acto de bostezar en las reuniones, también ha definido la etiqueta a observar cuando una persona estornuda. El Islâm enseña a los musulmanes, tanto hombres como mujeres, cómo deben comportarse cuando estornudan, qué deben decir a quien estornude, y cómo deben rogar por él o ella.

La Verdadera Musulmana Evita Bostezar En Una Reunión Tanto Como Sea Posible

La musulmana sensible y de buenos modales, si lo puede prevenir, no bosteza en una reunión. Si el apremio por bostezar la sobrepasa, trata de resistirse en la medida de lo posible. Esto es lo que el Profeta  aconsejó:

La Verdadera Musulmana No Observa Dentro De La Casa De Otras Personas

Otra de las cualidades de la musulmana de buenos modales es que no merodea la casa de su anfitrión, ni busca inspeccionar sus contenidos. Éste no es el comportamiento propio de la musulmana prudente y decente, más bien es una actitud detestable e indeseable. El Profeta  advirtió a aquellos que dejan extraviar su mirada con curiosidad en las reuniones y tratan de ver cosas, que no son de su incumbencia y dijo además, que era lícito arrancar sus ojos (metafóricamente hablando):

La Verdadera Musulmana Respeta A Los Ancianos Y A La Gente Distinguida

El Islâm trajo un sinnúmero de refinadas normas sociales que infundirían una actitud de caballerosidad, nobleza, buenos modales y cortesía en el corazón del musulmán: Una de las enseñanzas más prominentes es prestar el debido respeto a los ancianos, y aquellas personas merecedoras de respeto (como los eruditos, etc.). 

La Verdadera Musulmana No Conversa En Privado Con Otra Mujer Cuando Está Presente Una Tercera Persona

El Islâm vino para formar seres humanos sensibles y civiles, con una consciencia y una comprensión de los sentimientos de los demás.

La Verdadera Musulmana Se Sienta En Una Reunión Donde Encuentra Lugar

Otro aspecto de los modales de la verdadera musulmana es que ella se sienta donde encuentra un lugar libre cuando asiste a una reunión donde otras mujeres han llegado antes que ella y encontraron un lugar para sentarse. Esta es una refinada etiqueta social derivada del ejemplo, en palabra y hecho, del Profeta , y constituye además una señal de buen gusto, sensibilidad, y cortesía en la persona que lo adopta.

La Verdadera Musulmana No Entra A Otra Casa Que No Sea La Suya Sin Permiso

La musulmana verdaderamente guiada por el Islâm no entra a otra casa que no sea la suya sin pedir permiso y decir el salâm a la gente que viva allí. Esta petición de permiso es una prescripción divina que no debe ser evadida, ni ignorada:

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