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El Verdadero Musulmán Invita A Las Personas A La Verdad

El verdadero musulmán es siempre activo y vive para su Da‘uah. Él no espera que las circunstancias y sucesos lo motiven a hacer el bien, más bien toma la iniciativa para invitar a las personas a la Verdad del Islam, buscando con eso obtener la gran recompensa de Allah que ha prometido a aquellos que sinceramente llaman a otros a la Verdad, como el Profeta (B y P) le dijo a ‘Ali (R): 

"Por Allah que si Allah guía a un hombre a través tuyo será mejor para ti que los camellos rojos".[1] 

Una buena palabra que el Dâ‘i le dice a alguien que está perdido y no conoce el camino recto, sembrando así en él la semilla de la guía en su corazón, lo hará regresar con un premio que será mejor que los camellos rojos, que eran la riqueza más cotizada entre los árabes de aquella época. También será recompensado igual que aquel que es guiado a través de él, como el Profeta (B y P) dijo: 

"Quienquiera que llama a las personas a la Verdad tendrá una recompensa igual que la de quien se encamine a través suyo, sin que disminuya en lo más mínimo su recompensa".[2] 

No es entonces sorprendente que el Dâ‘i sea envidiado por su paciencia, perseverancia y esfuerzo por la causa de Allah, y por emplear su dinero y tiempo para invitar a aquellos que están perdidos y desviados del verdadero camino. El Profeta (B y P) se refirió a este tipo favorable de envidia de la siguiente manera: 

"Sólo desead ser como dos personas: Aquella a quien Allah le ha dado riquezas y él las gasta libremente en apoyo a la Verdad, y aquel a quien Allah le ha dado sabiduría y actúa según ella y la enseña a los demás".[3] 

El musulmán no desprecia el escaso conocimiento cuando llama a otros a Allah. Es suficiente para él transmitir algo de lo que ha aprendido de la Verdad, aun cuando sea simplemente un versículo del Libro de Allah. Esto es lo que el Profeta (B y P) les decía a sus Compañeros que hagan: 

"Transmitid mi conocimiento, aunque sea simplemente un versículo".[4] 

Esto es porque una persona puede ser guiada a través de un versículo que puede llegar a su corazón y encender la chispa de la fe, y así iluminarse su corazón y su vida con la luz de la guía, y ser un hombre nuevo. 

El verdadero musulmán quiere para su hermano lo que quiere para sí mismo y siempre está pendiente del bienestar de los musulmanes. De esta manera muestra sinceridad hacia Allah, Su Mensajero, los líderes de los musulmanes y su gente, como se ha mencionado en un Ĥadîz citado anteriormente. Por consiguiente, su preocupación respecto a la guía no se limita a la de él mismo y a la de su propia familia, sino que también se esfuerza por extenderla entre las personas. Él no sólo quiere el Paraíso para él y su familia, sino que también lo desea para toda la humanidad, por eso siempre invita a las personas usando las palabras adecuadas que los conducirán al Paraíso y los alejarán del fuego del Infierno. Esta es la actitud que lo distingue de la gente. Es una noble y sublime actitud que lo hace merecedor del elogio del Profeta (B y P) en su súplica: 

"¡Qué Allah haga brillar el rostro de aquel que escucha algo de nosotros y lo transmite de la misma manera que lo escuchó! Porque quizás aquel al que le es transmitido algo entienda mejor que el que transmite".[5] 

La sociedad islámica es aquella en la cual se encuentra la solidaridad, y la responsabilidad reside en los corazones de sus miembros en el sentido más profundo. Si los musulmanes realmente entienden su responsabilidad hacia Allah, y cada individuo cumple con su propia responsabilidad en su sociedad, entonces los musulmanes nunca se desviarán o alejarán de la guía del Islam. 

El Islam le hace una dura advertencia al que tiene los medios para hacer Da‘uah pero no lo hace, y esconde el conocimiento que Allah le ha dado, y sólo lo divulga para lograr una promoción y obtener una ganancia terrenal: 

"Quien no busque el conocimiento por la causa de Allah, y sólo la haga para lograr algún beneficio mundano, nunca sentirá la fragancia del Paraíso en el Día del Juicio".[6] 

"Quienquiera que sea preguntado acerca del conocimiento y lo oculte, será atado con riendas de fuego en el Día del Juicio".[7].


[1] Transmitido por Al Bujâri
[2] Transmitido por Muslim
[3] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[4] Transmitido por Al Bujâri
[5] Transmitido por At Tirmidhi, que dijo: Es un Ĥadîz Ĥasan Saĥîĥ
[6] Transmitido por Abû Daûd con un Isnâd Ĥasan
[7] Transmitido por Abû Daûd y At Tirmidh, quien dijo: Es un Ĥadîz Ĥasan
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