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Islam Para Niños - Primera Parte - 5) El Profeta Nuh (Noé)

EL PROFETA NUH (NOÉ)

Noé era un profeta que vivió muchos años después de Adam. La gente con la que vivía Noé se negaba a escucharle. Cuando les dijo que debían adorar sólo a Dios y hacer el bien, no le prestaron atención. Noé les dijo que serían castigados duramente por ignorarle a él y al mensaje que traía de parte de Dios. Aún con eso, la gente no creyó lo que Noé les decía. Se reían de él y decían:-“¡Eres sólo un hombre como nosotros. Solo los pobres y los débiles creen en ti. Si dices la verdad, enséñanos el castigo con el que nos amenazas. No eres más que un mentiroso!”-

-“¡Yo no quiero nada de vosotros”-, les contestó Noé, -“ y nunca rechazaré al pobre ni al débil. En cuanto al castigo, Dios lo hará caer sobre vosotros cuando Él quiera. No os imagináis que podéis detener los planes de Dios!”-

Noé se sentía a la vez triste y enojado de que la gente no escuchara su mensaje. Pero Dios le informó de que no debía sentirse así. Había un trabajo mucho más importante que hacer. Noé debía construir un gran barco.

Siguiendo las instrucciones de Dios, Noé empezó a construir el barco en tierra. La gente que pasaba, lo veían y se burlaban de él y de su barco. Pero Noé tenía una advertencia que hacerles. –“¡Ahora hacéis burla de nosotros”-, les dijo, -“pero pronto sabremos quién va a sufrir el castigo severo!”-

Cuando el barco estuvo terminado, comenzó a llover sin parar y las aguas de la tierra empezaron a crecer. Dios le ordenó a Noé que entrara en el barco junto con su familia y todos aquellos amigos suyos creyentes. Noé debía llevarse también un macho y una hembra de cada especie de animal que había en la tierra.

Noé hizo lo que se le ordenaba, y luego dijo: -“En el nombre de Dios, ahora navegaremos y cuando llegue el momento apropiado, volveremos a la tierra”-.

Las aguas siguieron creciendo cada vez más, hasta que inundaron todos los valles. Noé vio a uno de sus hijos que aún no había subido al barco lleno de preocupación le gritó: -“Oh hijo mío, sube a bordo con nosotros para que no seas de los incrédulos”-. Pero su hijo se negó y le contestó a Noé: -“Me subiré a la gran montaña y el agua no me alcanzará”-.

Noé se puso aún más preocupado: -“¡Sólo aquellos que escuchan a Dios pueden encontrar protección!”-, exclamó dirigiéndose a su hijo. Pero justo en aquel momento llegó una ola gigantesca y mucha gente se ahogó. Y entre ellos estaba el hijo de Noé.

La lluvia continuó durante mucho, mucho tiempo. El agua creció tanto que llegó a cubrir todas las montañas. Pero al fin dejó de llover y las inundaciones descendieron. Entonces, el barco de Noé se posó tranquilamente junto a una montaña y fue saliendo toda la gente y los animales que habían estado en el barco. Noé, su familia y sus amigos dieron gracias a Dios de todo corazón, porque El les había salvado.

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