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La Comparación Entre Los Mensajes: 1) Su Fuente Y El Propósito Detrás De Su Revelación

Todos los libros divinos proceden de una misma fuente: (Alif. Lam. Mim. Allah, no hay otra divinidad salvo Él, Viviente, Inmanente. Él te reveló el Libro con la verdad, corroborante de los mensajes anteriores; y reveló antes también la Torá y el Evangelio. Es [el Corán] guía para los hombres, y fue revelado como un discernimiento.) (3:1-4)

Los libros divinos fueron todos revelados con un propósito y con un objetivo. Fueron revelados para  indicarle a la humanidad cómo vivir en esta tierra, según las enseñanzas, direcciones y guía de Allah. Fueron  revelados para encender e iluminar las almas, y para quitarle oscuridad a la vida y el mundo.

El Corán menciona el propósito por el cual Allah  envió la Torá, el Evangelio y el Corán: (Hemos revelado la Torá. En ella hay guía y luz. De acuerdo a ella, los Profetas que se sometieron a Allah emitían los juicios entre los judíos, [también lo hacían] los rabinos y juristas según lo que se les confió del Libro de Allah y del cual eran testigos. No temáis a los hombres, temedme a Mí; y no cambiéis Mis preceptos por un vil precio. Quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los incrédulos. Les hemos prescrito en ella [la Torá, la ley del Talión]: Vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente, y con las heridas [también aplicad] la ley del talión. Y si los familiares de la víctima perdonan [que se le aplique la pena al culpable], le serán borrados [por ello] sus pecados. Quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los inicuos. E hicimos que les sucediera [a los Profetas de los Hijos de Israel] Jesús hijo de María, para que confirmase lo que ya había en la Torá. Le revelamos el Evangelio en el que hay guía y luz, como corroboración de lo que ya había en la Torá. Así también, como guía y exhortación para los piadosos. Que la gente del Evangelio juzgue según lo que Allah ha prescrito en él. Y quienes no juzgan conforme a lo que Allah ha revelado, ésos son los descarriados. Te hemos revelado [a ti, ¡oh Muhammad!] el Libro [el Corán] con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados. Juzga, pues, entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado y no sigas sus pasiones apartándote de la Verdad que has recibido. A cada nación de vosotros le hemos dado una legislación propia y una guía. Y si Allah hubiera querido habría hecho de vosotros una sola nación, pero quiso probaros con lo que os designó. Apresuraos a realizar buenas obras. Compareceréis ante Allah, y El os informará acerca de lo que discrepabais. Juzga entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado, y no sigas sus pasiones. Sé precavido con ellos, no sea que te seduzcan desviándote en algo de lo que Allah te ha revelado. Y si se rehúsan [a seguir lo que tú has dictaminado], sabe que Allah desea afligirles por algunos de sus pecados, y que muchos de los hombres están descarriados. ¿Acaso pretenden un juicio pagano? ¿Y quién mejor juez que Allah para quienes están convencidos de su fe?) (5:44-50)

Saiid Qutb (que Allah Sea misericordioso con él) dijo interpretando estas aleyas[1]: “Cada revelación provino de Allah para que sea un estilo de vida, un estilo de vida que se ponga en práctica. La religión tiene el objetivo de organizar, dirigir y proteger la vida humana. La religión no vino, únicamente, para que las creencias estén en el corazón y para que los rituales sean realizados en los templos o lugares dedicados a la adoración. Las creencias y rituales, aunque esenciales para la vida humana y esenciales para disciplinar el alma, no son suficientes por sí mismos para gobernar, organizar, dirigir y proteger la vida de los seres humanos, a menos que formen la base de un sistema legislativo que sea aplicado en un sentido práctico a la vida de las personas.

La vida humana no se desarrolla a menos que reciba la doctrina, los rituales, y las leyes de una fuente que tiene el poder y el control sobre los corazones y mentes  de las personas, como también de sus acciones y comportamientos, los cuales son recompensados o castigados según Sus leyes en este mundo y en el más allá.

Si existe más de una fuente de guía y enseñanzas, cuando la autoridad es dividida y sólo le es atribuida a Allah  la autoridad sobre los corazones, mientras que la autoridad de los sistemas y las legislaciones es otorgada a otros; cuando la autoridad le es atribuida a Allah sólo para considerar la recompensa y el castigo en el más allá, mientras la autoridad se entrega a alguien más para considerar los castigos y las recompensas en este mundo; entonces el alma humana se ve fragmentada y dividida entre dos autoridades diferentes, entre dos direcciones diferentes y entre dos sistemas diferentes. Por lo tanto la vida humana se corrompe como lo indican varios pasajes del Corán: (Si hubiese habido en los cielos y en la Tierra otras divinidades aparte de Allah, éstos se habrían destruido.) (21:22) (Si la Verdad estuviera acorde a las pasiones de los incrédulos, los cielos, la Tierra y todo lo que hay en ellos se habría corrompido.) (23:71) (Y luego a ti [¡Oh, Muhammad!] te revelamos una legislación, Aplícala y no sigas las pasiones de quienes no reconocen [la unicidad de Allah y Sus preceptos]) (45:18)

Por esta razón cada revelación procedente de Allah vino para ser un estilo de vida, ya sea para un pueblo o una nación determinada, o para toda la humanidad a lo largo de todas las generaciones como es el caso del Corán, quien trajo leyes para tratar todas las realidades de la vida, así como la creencia que crea el concepto apropiado de vida y los rituales de culto que conectan los corazones de las personas con Allah… Estos tres aspectos forman los principios básicos de toda revelación divina porque la vida humana no puede alcanzar su cúspide y desarrollo a menos que siga la religión de Allah en su vida diaria y cotidiana.

En el Corán existen numerosas evidencias para demostrar que las antiguas revelaciones que descendieron a los distintos pueblos contenían los tres elementos en una forma que satisfizo las necesidades que dicho pueblo tenía. Esta aleya explica que estos elementos estaban presentes en las tres grandes religiones: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

La  aleya a la cual nos estamos refiriendo empieza nombrando la Torá: ( Hemos revelado la Torá. En ella hay guía y luz .) (5:44)

La Torá, tal como fue revelado por Allah, descendió para  guiar a los hijos de Israel e iluminar el camino hacia Allah a lo largo de la vida. Enseñó el monoteísmo (Tauhîd), ritos de adoración, y una legislación: (De acuerdo a ella, los Profetas que se sometieron a Allah emitían los juicios entre los judíos, [también lo hacían] los rabinos y juristas según lo que se les confió del Libro de Allah y del cual eran testigos.) (5:44)

Allah  no envió la Torá solamente para ser guía y luz para los corazones en el área de la creencia y actos de adoración, sino que también para ser una guía y una luz a través de sus leyes que serían puestas en práctica en la vida real acorde a la metodología divina, para proteger la vida en un sistema justo.

Sin el Mensaje divino la humanidad se divide y se desvía, siendo incapaz de concordar entre sí: (Era la humanidad una sola comunidad, y envió Allah a los Profetas albriciadores y amonestadores, y les reveló los Libros Sagrados con la verdad para que juzgaran a los hombres acerca de lo que discrepaban.) (2:213)


[1] Ver el capítulo 6 de Fi Dhilâl al Qur’an, p. 895

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