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La Verdadera Musulmana Infunde El Buen Comportamiento Y La Buena Predisposición En Los Corazones De Sus Hijos

La musulmana trata de infundir en los corazones de sus hijos las mejores cualidades como: amar a su prójimo, respetar a sus mayores, demostrar compasión hacia los pequeños, obtener satisfacción al hacer el bien, ser sincero de palabra y de hecho, cumplir las promesas, juzgar con justicia, y todas las demás buenas y loables características. 

    La musulmana prudente sabe como llegar a los corazones de sus hijos e infundir estas apreciables cualidades, utilizando el mejor y más efectivo de los métodos, es decir estableciendo un buen ejemplo, condescendiendo a su nivel, tratándolos bien, alentándolos, aconsejándolos, corrigiéndolos, y siendo compasiva, amable, tolerante, cariñosa, justa, y todas las otras características elogiables. Ella es cortés sin ser demasiado indulgente, y es estricta sin ser severa. En consecuencia, los hijos reciben una educación y crianza adecuadas, creciendo con una mentalidad abierta, madura, correcta, sincera, benévola, capaz de dar, y preparada para efectuar una contribución constructiva en todos los aspectos de la vida. No debería sorprendernos que la educación de la madre musulmana produzca los mejores resultados, al ser ella la primera escuela y la primera maestra, como un poeta declaró: " La madre es una escuela: si la preparas adecuadamente, prepararás a un pueblo entero de buen carácter; la madre es la primer maestra, la principal, y la mejor de todas las maestras".23.


23  Dîuân Hâfidh Ibrâhîm, 282 Editado por Dâr Al Kutub Al Misriiah.

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