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La Verdadera Musulmana No Discrimina A Sus Hijos E Hijas En Cuanto A Su Afecto Y Atención

La fiel musulmana no discrimina entre sus hijos e hijas, en cuanto a su cariño y cuidado, como hacen algunas mujeres que no están libres de los efectos de la mentalidad de la yâhiliiah. Ella es justa con todos sus hijos, varones y niñas por igual, y cuida de todos ellos con compasión y amor. Al comprender que los hijos son un regalo de Allah , y que el regalo de Allah, sean hijos o hijas, no puede ser rechazado o cambiado:

[Él crea lo que Le place, agracia a quien quiere con hijas, y a quien quiere con hijos. O les concede hijos varones y mujeres, o les hace estériles; en verdad, Él es Omnisciente, Omnipotente.] (42:49-50)

   La musulmana que realmente es guiada por su religión, no olvida la gran recompensa que Allah preparó para quien eduque a sus hijas y cuide de ellas apropiadamente, como queda manifestado en numerosos Ahâdîz sahîhah, por ejemplo el narrado por Al Bujâri de Â'ishah 34, en el cual ella dice:

"Una mujer se presentó ante mí con sus dos hijas y me pidió caridad. Ella me contó que no tenía nada más que el dátil que le di. Ella lo tomó, lo dividió entre sus dos hijas y no comió nada del mismo. Luego se levantó y abandonó el lugar junto con sus dos hijas. Llegó el Profeta  y le conté lo que había sucedido. Entonces él dijo: ‘Quien sea puesto a prueba con sus hijas y las trate bien, ellas serán para él como un escudo contra el fuego del Infierno".15

   De acuerdo con otro registro narrado por Muslim de Â'ishah 24, ella dijo:

"Una mujer pobre vino a mí llevando a sus dos hijas. Le di  tres dátiles para comer. Ella dio un dátil a cada una, y levantó el tercero hasta su boca para comerlo. Sus hijas le pidieron que se los diera. Entonces partió el último dátil entre ellas. Yo estaba impresionada por lo que había hecho, por eso le conté al Mensajero de Allah al respecto. Él dijo: ‘Allah ha decretado el Paraíso para ella por esto". O: "Él la ha salvado del Infierno por haber hecho eso".16

Abû Hurairah  relató que el Profeta dijo:

"Quien tenga tres hijas, y las cobije, tolerando sus alegrías y penas con paciencia, Allah le admitirá en el Paraíso por la virtud de su compasión hacia ellas". Un hombre le preguntó: "¿Qué pasa si sólo tuviera dos, Mensajero de Allah?" Él dijo: "Aunque fueran dos solamente". Otro hombre preguntó: "¿Qué pasaría si él sólo tuviera una, Mensajero de Allah?" Él dijo, "Aunque solamente tuviera una, también sería admitido en el Paraíso".17

Ibn ‘Abbâs dijo:

"El Mensajero de Allah dijo: ‘Quien tenga una hija nacida de él, y no la entierre viva, ni la humille, y tampoco prefiera a su hijo varón por encima de ella, Allah le admitirá en el Paraíso’".18

   La compasión del Profeta se extendió al sexo femenino, e incluyó a las hermanas, así como también a las hijas, como se puede ver en el Hadîz narrado por Al Bujâri en Al Adab Al Mufrad de Abû Sa‘îd Al Judri, quien afirmó: "El Profeta dijo: ‘No hay nadie que tenga tres hijas, o tres hermanas, y las trate bien, sin que Allah lo admita en el Paraíso’".19

De acuerdo a un registro brindado por At Tabarâni, el Profeta dijo:

"No hay nadie entre mi Ummah que tenga tres hijas o tres hermanas, y él las sustente hasta que crezcan, sin que esté conmigo en el Paraíso" Y él alzó sus dedos índice y medio juntos.20

    Ninguna mujer culta se queja de criar a sus hijas o prefiere a sus hijos por encima de ellas, si escucha las enseñanzas del Profeta que elevaron la condición de las hijas, y por las cuales prometió un Paraíso tan amplio como el cielo y la tierra, y su compañía para quien las crié, las eduque y las trate apropiadamente.

   En la familia musulmana y en la verdadera sociedad islámica, las jóvenes son protegidas, amadas y respetadas. En el cálido regazo de sus padres, especialmente de su madre, una joven siempre encontrará protección y cuidado, no importa cuánto tiempo permanezca en el hogar de sus padres. Además, sus padres, sus hermanos, y los otros miembros de la familia, deben apoyarla esté casada o no. El Islam ha garantizado a las jóvenes una vida de protección, dignidad y apoyo, y las ha exceptuado de una vida de humillación, necesidad, y de tener que ganar su sustento, como numerosas mujeres que viven en sociedades extraviadas de la guía de Allah . En esos países, una muchacha apenas llega a los dieciocho años, abandona la comodidad del hogar de los padres para enfrentarse a las penurias de una vida plagada de dificultades y riesgos, en el momento en que está más necesitada de protección, compasión y atención.

    Existe una gran diferencia entre las leyes de Allah , que vinieron a traer felicidad a la humanidad, y las imperfectas leyes hechas por el hombre, que no causan otra cosa sino la miseria.

    Por ello, no constituye una sorpresa que en Occidente, como resultado de estas leyes materialistas, veamos ejércitos de muchachos jóvenes promiscuos, y hordas de jóvenes madres infortunadas, miserables y solteras, cuyo número se está incrementando potencialmente día a día.


15  (Al Bujâri y Muslim). Ver Sharh As Sunnah, 6/187, Kitâb az zakâh, bâb fadl as sadaqah ‘ala al aulâd ua al aqârib.
1Sahîh Muslim, 16/179, Kitâb al birr ua as silah, bâb al ihsân ila al banât.
17  Relatado por Ahmad, 2/335 y Al Hâkim, 4/176, Kitâb al birr ua as silah. Él dijo que su isnâd es sahîh.
18  Relatado por Al Hâkim en Al Mustadrak, 4/177, Kitâb al birr ua as silah. Él dijo que su isnâd es sahîh.
19  Relatado por Al Bujâri en Al Adâb Al Mufrad, 1/162, bâb man ‘âla zalâza ajauât.
20  Relatado por At Tabarâni en Al Ausat con dos isnâd; los narradores del primer isnâd son Riyâl as sahîh. Ver Mayma‘ Az Zauâ'id, 8/157
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