Dios -alabado sea- dice:
"No hay criatura que se mueva en la tierra, cuyo sustento no provea Dios". El Sagrado Corán (11:6)
Y dice también -alabado sea-:
"La caridad es para los necesitados que se dedicaron a la causa de Dios y, por ello, no pudieran desplazarse por la tierra en busca de sustento. Quien no los conoce piensa que carecen de necesidad porque se abstienen de pedir, tú los conocerás por su semblante, pues nunca exigen nada a la gente.". El Sagrado Corán (2:273)
Y dice también -alabado sea -:
“Y son quienes cuando gastan, no despilfarran ni escatiman; más bien lo hacen moderadamente.". El Sagrado Corán (25:67)
Y dice también -alabado sea-:
"Pues no he creado a los Yinn y a los humanos sino para adorarme. No quiero de ellos que den sustento alguno ni que Me den de comer.". El Sagrado Corán (51:56-57)
294. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: "La riqueza no consiste en tener abundancia de bienes, sino en la renuncia del espíritu a los mismos".
295. Hakim Ibn Hizam (que Dios esté complacido de él) narró: Le pedí dinero al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y me lo dio. Más tarde, se lo pedí otra vez y él me lo dio. Después, le volví a pedir y también me lo dio. Acto seguido, me dijo: "¡Oh Hakim! ciertamente, los bienes son como una fruta dulce y apetitosa. Quien la tomara con moderación obtendrá con ello la bendición. Y, quien la tomara con codicia y avidez no obtendrá, por ello, bendición alguna. Esto sería como quien comiera sin satisfacerse. Así mismo, la mano que ofrece es mejor de la que pide".
Hakim dijo: ¡Oh Enviado de Dios! Juro por Quien te envió con la Verdad, que no aceptaré nada excepto de ti, en lo que me resta de vida.
Abu Bakr (que Dios esté complacido de él) durante su califato, llamó a Hakim para ofrecerle algo, pero éste rehusó aceptarlo. Después, U'mar (que Dios esté complacido de el) también le llamó para ofrecerle algo y tampoco lo aceptó. Por ello, U'mar dijo: ¡Musulmanes! Os pongo por testigos de que Hakim rehusó aceptar su parte, que le corresponde por derecho establecido por Dios, de estas ganancias de guerra.
Así fue como Hakim nunca aceptó nada de nadie después de la muerte del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él).
296. Qabisa Ibn Al Mujareq (que Dios esté complacido de él) narró: Me hice cargo de una indemnización en un contencioso y; por ello, fui al Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) para pedirle su ayuda en sufragarla.
Me dijo: "Quédate hasta que sea recibido el dinero a cuenta de la caridad, pues dispondré de la misma para ti". Acto seguido, añadió: "¡Oh Qabisa! no es lícito recurrir a la caridad, salvo en tres situaciones: la de un hombre que se hace cargo de una indemnización, en cuyo caso, podrá pedir ayuda para sufragar el dinero gastado; la segunda es para aquel que le sobreviene una calamidad y pierde sus bienes; en cuyo caso, también podrá pedirla hasta que pueda sobreponerse a su desgracia; y la otra es cuando un hombre padece una situación de indigencia de tal extremidad que tres juiciosas personas de entre su propia gente dicen: Este hombre es un indigente. En este caso también podrá recurrir a la caridad hasta que salga de dicha pobreza.
¡Oh Qabisa! Salvo estos tres casos, el recurrir a la caridad será ilícito; y quien lo tomara incurrirá en la completa ilegalidad".
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