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Tormentos y Bendiciones de la Tumba (Tercera Parte)

4 - Los tormentos y bendiciones de la Tumba (Tercera Parte)

(3) ¿Son los musulmanes castigados en sus tumbas?

Al Qurtubi dijo: "Abû Muhammad ‘Abd Al Haqq dijo: Sabed que el castigo de la tumba no se confina solamente a los incrédulos o a los hipócritas; algunos de los creyentes también serán expuestos a lo mismo, cada uno según sus actos y acorde a lo que él se haya ganado por sus errores y equivocaciones"[1]. La evidencia de que el creyente se puede ver expuesto al castigo en su tumba debido a la gran cantidad de pecados que el haya cometido se citará en detalle en la sección siguiente.

(4) Las razones por las que la persona será castigada en su tumba

Estas razones pueden ser clasificadas en dos categorías, una general y otra específica. En la categoría general, las personas pueden ser castigadas por su ignorancia acerca de Allâh, por desobedecer Sus órdenes y por cometer pecados.[1]

En la categoría específica, los textos mencionan varios ejemplos; a continuación habremos de mencionarlos.

(i) y (ii) El no tomar las precauciones necesarias para verse prevenido de ensuciarse con la orina, y el andar difundiendo la Namîmah.[2]

Al Bujâri y Muslim narraron en sus Sahîh que Ibn ‘Abbâs  dijo: "El Profeta  pasó por dos tumbas y dijo (acerca de sus moradores): ‘Por cierto que ellos están siendo castigados, pero no están siendo castigados debido a un pecado mayor.’ Entonces él dijo: ‘Uno de ellos solía andar difundiendo el chisme, y el otro no tomaba las precauciones para no ensuciarse con la orina.’ Después tomó una rama verde, la partió en dos, y plantó una parte en cada tumba y dijo: ‘Tal vez (el castigo) les sea reducido, por lo menos mientras no se sequen estas (dos).’"[3]

An Nasâ'i narró que ‘Â'ishah  dijo: "Una mujer judía me visitó un día y me dijo: ‘El tormento de la tumba es debido a la orina’ Le dije: ‘Estás mintiendo’ Ella dijo: ‘Es cierto. Nosotros (los judíos) limpiamos nuestra piel y ropa de ella’. El Mensajero de Allâh  había salido (de la casa) para orar, y nuestras voces se habían elevado[4]. Entonces él preguntó: ‘¿Qué pasa?' Le conté lo que ella había proferido, y él dijo: ‘Ella dijo la verdad.’" [‘Â'ishah] agregó: "Después de este incidente, no vi al Profeta  rezar sin que dijera al final de su oración: ‘Rabba Yibrâ'îl ua Mîkâ'îl ua Isrâfîl, a‘idhnî min harr an nâr ua 'adhâb al qabr’ (¡Oh, Señor de Yibrâ'îl, Mîkâ'îl e Isrâfîl! Protégeme del calor del fuego del Infierno y del tormento de la tumba)."[5]

En adición a esto, el Mensajero  nos informó que la causa de la mayoría del castigo de la tumba es la orina. Anas ) narró que el Mensajero de Allâh  dijo: "Cuidaos (de ensuciaros) con la orina, pues la mayoría del tormento de la tumba es debido a ella". También fue narrado por Ibn ‘Abbâs algo parecido. Y fue narrado por Abû Hurairah de la siguiente forma: "La mayoría del tormento de la tumba es por causa de la orina."[6]

(iii) El Gulûl (Tomar parte del botín de guerra antes de su repartición)

Otro de los pecados por los cuales la persona será castigada en la tumba es el Galûl. Más de un Hadîz Sahîh ha sido narrado a este respecto. Fue narrado que Abû Hurairah dijo: "Un hombre le regaló al Mensajero de Allâh  un esclavo llamado Mid‘am. Mientras que Mid‘am se encontraba trayendo una montura para el Mensajero de Allâh , una flecha salió de la nada y lo mató. La gente dijo: "¡Qué afortunado es! Alcanzará el Paraíso"[7] Pero el Mensajero de Allâh  dijo: "¡No! Por Aquel en Cuya mano se encuentra mi alma, la capa que se robo del botín de guerra de (la batalla de) Jaibar antes de que éste sea repartido lo quemará con fuego". Cuando la gente escuchó esto, un hombre llego donde el Profeta  trayendo uno o dos cordones de calzados (tomados del botín antes de su distribución) y el Profeta  le dijo: "Un cordón de fuego" o "Dos cordones de fuego". Narrado por Al Bujâri y Muslim.[8]

Fue narrado que ‘Abdullah Ibn ‘Amr dijo: "Un hombre llamado Karkarah fue puesto a cargo del equipaje del Profeta . Cuando éste murió, el Mensajero de Allâh  dijo: ‘Él está en el Fuego’ La gente fue a su casa y encontró una capa que éste había robado del botín de guerra". Narrado por Al Bujâri.[9]

(iv) al (vii) Mentir, descuidar y olvidar el Corán, cometer Zinâ (adulterio y fornicación) y practicar Ribâ (usura)

Allâh mostró a Su Mensajero  los distintas causas por las que algunos pecadores serán castigados. En Sahîh Al Bujâri es narrado que Samurah Ibn Yundub dijo: "Cuándo el Profeta  terminaba la oración, solía colocarse frente a nosotros y decir: ‘¿Quién entre vosotros ha visto un sueño esta noche?’ Si alguien tuvo uno el Profeta  lo interpretaba y decía (acerca de él) lo que Allâh le inspiraba que diga. Un día nos preguntó: ‘¿Ha visto alguno de vosotros un sueño?’ Y le dijimos: ‘No’ Entonces dijo: ‘Pero yo si; vi (en un sueño) la otra noche que dos hombres vinieron a mí, tomándome por la mano y me llevaron a la Tierra Santa. (En el sueño) había un hombre sentado y otro de pie con un gancho de metal en su mano el cual lo insertaba en la mejilla de su boca para después rasgar (su rostro) hacia atrás de su cabeza, luego hacía lo mismo con la otra mejilla. Después de esto su rostro fue restaurado y la misma cosa paso de nuevo.’"

Yo dije: "¿Qué es esto? Ellos dijeron: ‘Continúa’. Continuamos hasta que encontramos un hombre echado sobre su espalda, con otro hombre parado a la altura de su cabeza sosteniendo una roca o una piedra con la cual aplastaba su cabeza. Después de que lo golpeaba, la piedra rodaba alejándose y éste corría tras ella. Para cuando él la traía de vuelta, la cabeza del castigado había vuelto a la normalidad y el hombre lo volvía a golpear."

Yo dije: "¿Qué es esto? Ellos dijeron: ‘Continúa’. Continuamos caminando hasta que llegamos a un agujero parecido a un Tannûr (un tipo de horno), que era angosto en su parte superior y amplio en su base (inferior)[10], debajo del cual se encendía un fuego. Cuando el Tannûr se acercaba al fuego lo que estaba dentro de él subía hasta que casi se rebalsaba y cuando se extinguía volvía a su interior. En su interior habían hombres y mujeres desnudos."

Yo dije: "¿Qué es esto? Ellos dijeron: ‘Continúa’ Continuamos hasta que llegamos a un río de sangre, en el cual se encontraba un hombre de pie y en la otra orilla del río había un hombre junto a una pila de piedras. El hombre en el río empezó a caminar hacia la orilla intentando salir. Cuando estaba por salir el hombre de las piedras le lanzo una en su boca haciéndolo retroceder hasta su posición original. Y cada vez que éste intentaba salir recibía una piedra que lo hacia volverse."

Yo dije: "¿Qué es esto? Ellos dijeron: ‘Continúa’ Continuamos hasta que llegamos a un verde jardín, en el cual había un gran árbol y a sus pies se encontraba un anciano y un grupo de niños. Frente al árbol había un hombre encendiendo un fuego. Me llevaron hacia la parte superior del árbol y en él había una casa -y nunca vi casa más bella que ésta- en ella había ancianos, gente joven, mujeres y niños. Entonces ellos me llevaron fuera de la casa y ascendimos más aun en el árbol hacia otra casa que era más bella todavía que la anterior en la cual había ancianos y jóvenes."

Yo dije: "Me habéis llevado de lugar en lugar; informadme acerca de las cosas que he visto". Ellos dijeron: ‘Sí, (lo haremos). Aquel que viste sus mejillas siendo rasgadas era un mentiroso que solía decir mentiras que se difundían extensamente. Lo que viste le será hecho hasta el Día de Resurrección. Aquel cuya cabeza viste siendo aplastada era un hombre a quien Allâh le enseñó el Corán pero él lo ignoraba de noche y no actuaba acorde a él durante el día. Lo que viste le será hecho hasta el Día de Resurrección. Aquellos que viste en el agujero son los fornicadores (aquellos que cometen Zinâ) y el que viste en el río es alguien que practicaba Ribâ. El anciano que se encontraba a los pies del árbol es Ibrâhîm  y los niños a su alrededor son los hijos de la humanidad (quiénes murieron en su infancia). El que encendía el fuego era Mâlik, el Guardián del Infierno. La primera casa en que entrasteis es el hogar de los creyentes en general y ésta (la segunda) es la casa de los Shuhadâ' (mártires). ‘Yo soy Yibrîl (Gabriel), y éste es Mîkâ'îl (Miguel). ¡Levanta tu cabeza!’ Levanté mi cabeza y vi sobre mí algo parecido a una nube. Ellos dijeron: ‘Ésta es tu casa’. Dije: ‘Dejadme entrar en ella’. Dijeron: ‘Aún no has completado tu vida en la Tierra. Cuando lo hayas hecho, vendrás a tu casa.’"[11]

El deudor es retenido en la tumba por su deuda

Una de las cosas que afectan adversamente al difunto en su tumba son sus deudas. Fue narrado de Sa‘d Ibn Al Atual  que su hermano murió dejando trescientos dirhams, así como hijos huérfanos. Sa‘d dijo: "Tenía la intención de gastarlos en sus niños, pero el Profeta de Allâh  me dijo: ‘Vuestro hermano está siendo retenido (en su tumba) debido a sus deudas, [así que ve y] paga sus deudas.’ [Fui y pagué sus deudas, y después regrese donde el Profeta  y]dije: ‘¡Oh, Mensajero de Allâh! Las he pagado todas, excepto por dos dinares que una mujer reclamó que el difunto le debía, pero no tenía prueba alguna.’ Él dijo: ‘Dáselos, pues ella está en lo correcto.’"[12]

El Mensajero  dijo que este Sahâbî estaba siendo retenido debido a su deuda. Esto es explicado por otro Hadîz en el que el Mensajero  dijo: "Él está siendo retenido de entrar en el Paraíso debido a su deuda". Según el Hadîz narrado por Samurah Ibn Yundub, el Profeta  rezó la oración fúnebre (según otro informe, él rezó el Fayr), y cuándo terminó dijo: ‘¿Hay alguien aquí de la familia de tal y tal?’ [Las personas se quedaron calladas, pues cuando él les preguntaba algo ellos se callaban a manera de respeto]. El Profeta  preguntó unas cuantas veces más [y nadie respondió], hasta que finalmente un hombre dijo: ‘Aquí hay alguien’. Un hombre se puso de pie y se acercó alzando su túnica. [El Profeta  dijo: ‘¿Qué te impidió responderme las primeras dos veces?’] No mencioné vuestro nombre por una buena razón. Tal y tal persona -y mencionó el nombre de un hombre de entre ellos (o sea de su tribu)- está siendo retenido (de ingresar al Paraíso) debido a su deuda. [Si lo deseáis podéis salvarlo (pagando su deuda) y si no podéis dejarlo a merced del castigo de Allâh]. Si ves a su familia o a cualquiera de aquellos que están relacionados con él, avisadles que paguen sus deudas [para que así no quede nadie que le demande algo (el Día del Juicio)].’"[13]

El tormento del muerto en la tumba debido al llanto (y ciertas lamentaciones) de los vivos

Cuando ‘Umar Ibn Al Jattâb  fue apuñalado, Suhaib  entró (en el lugar donde ‘Umar estaba) llorando y diciendo: ‘¡Oh, mi hermano! ¡Oh, mi amigo!’ ‘Umar  le dijo: ‘¡Oh, Suhaib! Estás llorando por mí siendo que el Mensajero de Allâh  dijo: "El difunto es atormentado debido a algunos de los llantos de sus familiares por él" [14]

‘Â'ishah (que Allâh esté complacido con ella) negó que el Mensajero  haya dicho este Hadîz. En Sahîh Al Bujâri es narrado que después de la muerte de ‘Umar, Ibn ‘Abbâs le mencionó a ‘Â'ishah lo que ‘Umar había dicho. Ella dijo: ‘¡Qué Allâh tenga misericordia de ‘Umar! (Juro) Por Allâh que el Mensajero de Allâh no dijo que Allâh castigará al creyente debido al llanto de su familia por él. Lo que el Mensajero de Allâh  dijo fue que Allâh aumentará el tormento del kâfir debido al llanto de su familia por él. El Corán es (prueba) suficiente para ti: {Nadie cargará con culpas ajenas...} (35:18)[15] ‘Â'ishah (que Allâh esté complacido con ella) interpretó este Hadîz en más de una manera. Esto ha sido transmitido de ella en los libros Sahîh y en los Sunan.[16]

Ahora bien, existen dos asuntos (a tratar) aquí:

a) ¿Dijo el Mensajero  este Hadîz? Al Qurtubi dijo: "‘Â'ishah negó esto, y dijo que el narrador cometió un error o que fue olvidadizo, o que él escucho una parte del Hadîz y la otra no. Esto es incorrecto, pues los transmisores del Hadîz entre los Sahâbâh son muchos y estaban seguros (de lo que transmitieron), por lo tanto no hay razón para negar el Hadîz siendo que es posible interpretarlo en una manera aceptable."[17]

b) ¿Cómo puede ser atormentado el difunto debido al llanto de su familia siendo que no es acción suya y Allâh dice: {Nadie cargará con culpas ajenas...} (35:18)?

Los estudiosos contestaron esta pregunta de varias maneras, la mejor de ellas es la que propuso Al Bujâri en su comentario del capítulo donde él incluyó este Hadîz. Dijo en su Sahîh: "Capítulo acerca de las palabras del Profeta : ‘El difunto es atormentado a causa de algunas de las lamentaciones por él, si ese tipo de lamentación era su costumbre’ Allâh dice: {Guardaos a vosotros mismos y a vuestras familias del Fuego...} (66:6) Y el Profeta  dijo: "Cada uno de vosotros es un pastor y cada uno de vosotros es responsable por su rebaño." Pero si éstas (lamentaciones) no eran su costumbre, entonces es como ‘Â'ishah  dijo, citando el versículo: {Nadie cargará con culpas ajenas...} (35:18)"[18] Entre aquellos que compartían esta opinión están At Tirmidhi (que Allâh tenga misericordia de él). Éste narró el Hadîz de ‘Umar  con la siguiente redacción: "El difunto es atormentado debido al llanto de sus familiares por él." Después él dijo: El Hadîz de ‘Umar es un Hadîz hasan sahîh. Algunos de los estudiosos consideraron no recomendable (Makrûh) el llorar por el muerto; ellos dijeron que el difunto es atormentado debido al llanto (y lamentaciones) de su familia por él, y ellos se refirieron a este Hadîz. Ibn Al Mubârak dijo: ‘Tengo esperanza de que si él (difunto) lo prohibía (las lamentaciones y llantos) durante su vida no será culpado por las mismas.’[19]

Esta misma comprensión del Hadîz era la opinión de Al Qurtubi (que Allâh tenga misericordia de él), quién dijo: "Algunos o la mayoría de los estudiosos dijeron que el muerto es atormentado debido al llanto de los vivos, si tal tipo de lamentación era la costumbre y preferencia del mismo. Lo mismo se aplica si este hubiese dejado instrucciones para que sea hecho en caso de su muerte."[20]

El lamentarse exageradamente[21], golpearse las mejillas y el rasgar la vestimenta, eran todos hábitos de la Yâhiliiah (Época pre-islámica, de ignorancia y paganismo). "Los idolatras les pedían a sus familiares llorar y lamentarse gritando por ellos, y que anunciaran su fallecimiento a las diferentes tribus. Ésta era una costumbre bien conocida entre ellos, y se refiere normalmente a ella en sus poemas. El difunto merece ser castigado por esto debido a lo que él les ordenó durante su vida". Ésta era la opinión de Ibn Al Azîr.[22]

Debemos tomar en cuenta la versión narrada por Al Bujâri, en la cual dice: "El difunto es atormentado debido a algunos de los llantos de sus familiares por él." Él no será atormentado debido a todo tipo de  llanto y lamentación. La lamentación que implica el llanto natural y que no incluye el rasgarse las vestiduras o el golpear los cachetes no es algo por lo que la persona será culpada. Esto ha sido establecido en varios Ahâdîz

El gran estudioso Ibn Taimiiah también discutió este asunto. Él era de una opinión diferente a la de Al Bujâri, Al Qurtubi, Ibn ‘Abd Al Barr y aquellos que siguieron su línea en interpretar los Ahâdîz que dicen que el difunto es atormentado debido al llanto de los vivos. Después de mencionar los textos que se han narrado con respecto al tema, él dijo: "Esto (o sea el significado aparente del Hadîz) fue negado por muchos de entre la primera generación (de musulmanes) y entre los que vinieron después; ellos consideraron esto como castigar a alguien por los pecados de los demás, lo cual es contrario al versículo: {Nadie cargará con culpas ajenas...} (35:18). Ellos tenían maneras diferentes de enfocar estos Ahâdîz Sahîhah.

Algunos de ellos sugirieron que los narradores, tales como ‘Umar Ibn Al Jattâb y otros, estaban equivocados. Ésta era la opinión de ‘Â'ishah, Ash Shâfi‘i y otros. Algunos lo interpretaron como que se trata del caso de la persona que pidió que la gente se lamente por él (como en la Yâhiliiah), haciéndolo esto acreedor del castigo por su petición. Ésta era la opinión de un grupo que incluía Al Muzani y otros.

Otros lo interpretaron como siendo el caso de aquella persona que sabiendo que su gente practicaba estas costumbres reprochables no les prohibió que las practiquen. Esta era la opinión de un grupo entre los cuales estaba mi abuelo Abû Al Barakât. Todas estas opiniones son bien débiles.[23] Ibn Taimiiah refutó la opinión de aquellos que rechazaron estos Ahâdîz debido a la manera en que ellos los entendieron, y dijo:

"Los clarísimos Ahâdîz Sahîhah que fueron narrados por gente como ‘Umar Ibn Al Jattâb, su hijo ‘Abdullah, Abû Mûsa Al Ash‘ari y otros, no pueden ser rechazados basados en esto. ‘Â'ishah, la madre de los creyentes (Umm Al Mu'minîn) hizo esto con otros Ahâdîz, rechazándolos debido a la forma en que ella los entendió, considerando sus significados incorrectos. Pero el significado de éstos es clarísimo, y además fueron transmitidos por narradores confiables por lo cual no pueden ser rechazados en esta base, excepto por error."[24]

Entonces él explicó que ‘Â'ishah  cometió el mismo error que ella estaba intentando evitar. Él dijo: "‘Â'ishah (que Allâh esté complacido con ella) narró dos versiones del Profeta , y ella es una narradora de confianza. Ella narró que el Profeta  dijo: "Allâh aumentará el tormento del Kâfir debido al llanto de su familia por él". Esto está de acuerdo con el Hadîz que ‘Umar transmitió, ya que si es posible que el castigo del Kâfir sea aumentado debido al llanto de su familia por él, es posible que le ocurra a otros por el mismo motivo. El Imân Ash Shâfi‘i en su libro Mujtalif Al Hadîz -y debido a que éste reconoció el error cometido por ‘Â'ishah- rechazó la versión arriba mencionada y consideró como más correcta a la segunda versión: "Ellos (los vivos) están llorando por el muerto, y él esta siendo atormentado en su tumba."[25]

Ibn Taimiiah también mencionó la opinión de aquellos que dicen que la persona puede ser castigada por los pecados de otros, y dijo: "De entre aquellos que aceptaron este Hadîz y lo interpretaron de esta manera, hubo un grupo que vio en el mismo el caso de castigar a un hombre por los pecados de otro y que Allâh hace lo que quiere y decreta lo que desea. Aparte de esto -y basados en esta idea- creyeron que los hijos de los incrédulos (que mueren a temprana edad) entrarán en el Infierno por causa de los pecados de sus padres."[26] Después de discutir este asunto -el de los hijos de los incrédulos- profunda y extensamente, Ibn Taimiiah dijo que esta opinión no es correcta. La verdad es que Allâh no castiga sino a aquel que le desobedece, y que aquellos que no son probados en esta vida (como los niños) serán probados en el Día de la Resurrección. Dijo: "En cuanto al tormento del muerto, el Hadîz no dice que es castigado por el llanto de su familia por él; lo que dice es que será ‘atormentado’ (iu‘adhdhab). El tormento (‘adhâb) es más general que el ‘castigo’ (‘Iqâb). El tormento significa dolor; pero no todo el que sufre dolor por alguna razón está siendo castigado por la misma. El Profeta  dijo: ‘El viajar es un tipo de tormento; ya que priva a la persona de la comida y la bebida.’[27] Él llamó al viaje un tormento, pero no un castigo."

La persona puede verse atormentada por cosas desagradables que encuentra, tales como los sonidos estridentes, gente mala o imágenes horribles. Puede ser atormentada por lo que escucha, huele o ve, pero esto no es debido a algo que él haya hecho y por lo que esta siendo castigado.

La persona en la tumba sufre debido a lo que algunas personas dicen y por lo que escucha o ve. Por esta razón Al Qâdi Abû Ia‘la declaró en una Fatuâ[28] que cuando un pecado es cometido cerca de las tumbas, el muerto sufre a causa de ello, tal y como fuera establecido en algunos relatos. Su sufrimiento debido a los pecados cometidos cerca de su tumba es semejante a su sufrimiento debido a los gemidos (llantos y lamentaciones) de aquellos que se lamentan por él. Así el llanto es una de las causas de su tormento.[29]

La conclusión a la que Ibn Taimiiah llegó es también indicada en algunos Ahâdîz. Fue narrado que An Nu‘mân Ibn Bashîr dijo: "‘Abdullah Ibn Rauâhah  cayó inconsciente, y su hermana ‘Amrah empezó a llorar y gritar: ‘¡Oh, mi roca (mi soporte)!’ Haciendo una lista de elogios (a su hermano). Cuando éste recobró la conciencia, dijo: ‘No hubo elogio que me dijiste que no me haya sido repetido (en mi inconciencia) y me haya sido preguntado: ‘¿Eres realmente así?’ Cuando éste murió (posteriormente), ella no lloró por él"[30]. Este significado se encuentra claramente en el Hadîz narrado por Abû Mûsa Al Ash‘ari , quién trasmitió que el Mensajero de Allâh  dijo: "No hay persona que muera, y que alguien empiece a lamentarse por él y a decir: ‘¡Oh, mi sustento! ¡Oh, mi amo! (y otras frases de lamentaciones) sin que le sean asignados dos Ángeles los cuales lo golpean en el pecho diciéndole: ‘¿Eres realmente así?’" Esto fue narrado por At Tirmidhi, quién dijo: ‘Éste es un Hadîz hasan garîb[31]. El Hâfidh (Ibn Hayar) dijo en At Taljîs, después de citar este Hadîz: "Fue narrado y clasificado como Sahîh por Al Hâkim, y existe un otro relato que lo corrobora en As Sahîh."[32]

Es importante denotar que no todo muerto por el que las personas lloran será atormentado debido a sus llantos. La causa del tormento puede que sea evitada por otros medios -como dice Ibn Taimiiah- tal y como es el caso de aquellas personas que no se ven afectadas (en vida) por los sonidos estridentes, la gente mala y las escenas horribles, debido a su fortaleza. También dijo que los Ahâdîz que incluyen advertencias también mencionan las causas del castigo, y que los motivos que hacen el castigo inevitable varían de acuerdo a las actitudes que las contrarrestan, ya sea por ejemplo el arrepentimiento sincero, las buenas obras que borran las malas, las calamidades que expían los pecados, la intercesión de aquel cuya intercesión es aceptada, o por la gracia y misericordia de Allâh. En conclusión: el tormento sufrido por el muerto creyente en su tumba debido al llanto (y las lamentaciones) de los demás por él es uno de los medios por los que Allâh hace que se expíen sus malas acciones.[33]



[1] At Tadhkirah de Al Qurtubi, 146
[1] Lauâmi‘ Al Anuâr Al Bahiia, 2/17
[2] La Namîmah significa andar difundiendo el chisme con el propósito de suscitar problemas entre la gente. El Profeta (B y P) advirtió a los musulmanes acerca de esta actitud y nos informo que quien la practica (en árabe: An Nammâm) no entrará en el Paraíso. ¡Qué Allah proteja nuestras lenguas y corazones de la Namîmah! Amen.
[3] Narrado por Al Bujâri en Kitâb Al Yanâ'iz, Bâb ‘adhâb al qabr min al gîbah ua al baul, Fath Al Bâri', 3/242. Esta versión fue narrada por él. También fue narrado por Muslim en Kitâb Al Imân, Bâb al dalîl ‘ala nayâsah al baul, 1/240, Hadîz N°. 292; y por An Nasâ'i, 4/106
[4] N.d.T.: El Profeta (B y P) vivía al lado de la mezquita, y por eso pudo oír las voces de las dos mujeres discutiendo.
[5] Narrado por An Nasâ'i en su Sunan. Ver Yâmi‘ Al Usûl, 11/167
[6] El Hadîz fue narrado por el Shaij Nâsir en Iruâ' Al Galîl. Él dijo: Es Sahîh, y atribuyó el relato de Anas a Ad Dâraqutni, el relato de Ibn ‘Abbâs a Ad Dâraqutni, Al Hâkim, Al Bazzâr y At Tabarâni, y el relato de Abû Hurairah a Ibn Abi Shaibah, Ibn Mâyah, Al Âyuri, Al Hâkim y Ahmad. Ver Iruâ' Al Galîl, 1/311, Hadîz N°. 280
[7] N.d.T.: Ya que éstos pensaron que él murió como un mártir, alcanzado por las armas del enemigo.
[8] Mishkâh Al Masâbîh, 2/401
[9] Mishkât Al Masâbîh, 2/402
[10] N.d.T.: Como la forma de una pera.
[11] Narrado por Al Bujâri en Kitâb Al Yanâ'iz, Fath Al Bâri', 3/251
[12] El Shaij Nâsir Ad Dîn Al Albâni dijo en Ahkâm Al Yanâ'iz (Pág. 15), fue narrado por Ibn Mâyah (2/82), Ahmad (4/136, 5/7) y Al Baihaqi (10/142). Uno de sus Isnâds es Sahîh , y el otro es como su Isnâd en Ibn Mâyah. Fue clasificado como Sahîh por Al Busairi en Al Zauâ'id. El texto del Hadîz y la segunda narración son de Al Baihaqi; este texto junto a material adicional se encuentra en Ahmad también.
[13] El Shaij Nâsir Ad Dîn Al Albâni dijo en Ahkâm Al Yanâ'iz (Pág. 15): Fue narrado por Abû Daûd (2/84), An Nasâ'i (2/233), Al Hâkim (2/25, 26), Al Baihaqi (6/4/76), At Taiâlisi en su Musnad (N°. 891, 892) y Ahmad (5/11, 13.20). Algunos de ellos narraron de Ash Sha‘bi y éste de Samurah, y algunos otros insertaron entre ellos dos (en el Isnâd) a Sam‘ân Ibn Mushannay. El primer Hadîz es Sahîh según las condiciones de los dos Shaijs (Al Bujâri y Muslim), como afirmaran Al Hâkim y Adh Dhahabi. El segundo Hadîz es Sahîh solamente.
[14] Este Hadîz fue narrado por Al Bujâri, Kitâb Al Yanâ'iz, Bâb qaul an nabii (r) Iu‘adhdhab al maiit bi ba‘d bukâ'i ahlihi ‘alaihi, Fath Al Bâri', 3/151. También fue narrado por Muslim. Ver Sahîh Al Yâmi‘, 11/92
[15] Sahîh Al Bujâri, Kitâb Al Yanâ'iz. Ver Fath Al Bâri', 3/151
[16] Si desea saber más acerca de estas interpretaciones, ver Fath Al Bâri', 3/152
[17] Fath Al Bâri', 3/154
[18] Ver Fath Al Bâri', 3/150
[19] Sunan At Tirmidhi, 3/326
[20] At Tadhkirah de Al Qurtubi, 102
[21] N.d.T.: El lamentarse de una manera que implique el dudar de la sabiduría y justicia divina.
[22] Yâmi‘ Al Usûl, de Ibn Al Azîr, 102
[23] Maymû‘ Al Fatâua, 24/370
[24] Ídem, 24/370
[25] Maymû‘ Al Fatâua, 24/371
[26] Ídem.
[27] N.d.T.: Debido a las peripecias y dificultades del mismo, aun en nuestros días, pues muchos de los seres humanos viajan en las condiciones más incomodas y precarias.
[28] Veredicto legal emitido por un sabio musulmán. Pl. Fatâua
[29] Maymû‘ Al Fatâua, Kitâb Al Magâzi, Bâb gazuah Mu‘tah
[30] Narrado por Al Bujâri, Kitâb Al Magâzi, Bâb gazuah Mu‘tah
[31] Sunan At Tirmidhi, Kitâb Al Yanâ'iz, Bâb ma yâ'a fi karâhiat al bukâ' ‘ala al maiit, 3/326
[32] Taljîs Al Habîr de Ibn Hayar, 2/140, Hadîz N°. 806
[33] Maymû‘ Al Fatâua, 4/375
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