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Si Verdaderamente Os Encomendáis A Allah, Él Os Sustentará Como Lo Hace Con Las Aves...

 
'Umar Ibn Al Jattab narró que el Profeta dijo: "Si verdaderamente os encomendáis a Allah, Él os sustentará como lo hace con las aves, que por la mañana salen con sus estómagos vacíos y regresan al final del día con sus estómagos llenos de alimento".[1]
 
Este hadiz se refiere a la confianza en Allah , pues ésta es uno de los factores más importantes para obtener el sustento. Allah dice: (Y sabed que Allah siempre le dará una salida a quien Le tema. Y le sustentará de donde menos lo espera. Y quien se encomiende a Allah, sepa que Él le es suficiente...) (65:2-3) El Profeta le recitó esta aleya a Abú Dharr y luego le dijo: "Si la gente practicase esta aleya le sería suficiente (para lograr al bienestar en la fe y en los asuntos mundanos)".

Encomendarse verdaderamente a Allah significa tener absoluta confianza en Él, ya sea para obtener lo que es beneficioso como para evitar lo dañino, acompañado con la certeza de que Allah solamente es Quien puede conceder y quitar, beneficiar y perjudicar.

Debemos saber que encomendarse a Allah no significa abandonar los medios que Él estableció para procurar el sustento. Allah le ordena a la gente que se valgan de los medios, y que al mismo tiempo confíen en Él. Usar la fuerza física valiéndose de las extremidades para procurar el sustento es obedecer a Allah, y encomendarse a Él de corazón es creer en Él. Allah dice: (¡Oh, creyentes! Estad precavidos...) (4:71) (Y preparad contra los incrédulos cuanto podáis de fuerzas [de combate] y caballería...) (8:60) (Y cuando haya culminado la oración dispersaos por la Tierra y procurad el sustento...) (62:10) Es decir que en todo momento y situación debemos valernos de los medios y confiar en Allah .

Las acciones realizadas por los musulmanes se dividen en tres categorías:

La primera es obedecer a Allah para que esto sea motivo de salvación del castigo del Infierno y así ingresar al Paraíso. Los musulmanes deben obrar como Allah lo ordena y encomendarse a Él, buscando Su ayuda, debido a que no hay poder ni fuerza excepto la que proviene de Allah.

La segunda es todo aquello que Allah ha dispuesto como un hábito para las personas, como comer cuando se tiene hambre, beber cuando se tiene sed, refugiarse en una sombra cuando el día está muy caluroso y abrigarse del frío. En este caso, los musulmanes deben valerse de los medios para satisfacer sus necesidades. Quien abandone los medios se estará perjudicando a sí mismo, y mientras tenga la posibilidad de valerse de ellos, estará cometiendo una equivocación, por la cual posiblemente sea castigado.

A veces Allah otorga a algunas personas una fortaleza adicional para hacer o tolerar cosas que otros no podrían. Por ello, si tales personas actúan de acuerdo a la fortaleza que Allah les ha otorgado no deben ser reprochadas. El Profeta solía ayunar días seguidos (sin romperlo a la hora del ocaso), y al mismo tiempo se lo prohibía a sus compañeros diciendo: "No soy como ustedes, mi Señor me alimenta y me da de beber".[2]

El significado aparente, es que Allah llenaba el estómago y el corazón del Profeta con la gracia y el conocimiento divino que lo hacía prescindir de alimento y bebida.

La tercera es aquello que Allah dispuso como hábito para la mayoría de la gente, otorgándole milagros a quien Él quiere. Esto es de varias formas:

Muchas personas pueden lograr sin los métodos tradicionales que otros se curen, como por ejemplo los moradores de las áreas rurales que curan a los enfermos sin la medicina tradicional conocida.

Algunas personas obtienen el sustento sin utilizar los medios correspondientes para ello. Cuando una persona ha sido sustentada con la veracidad y la certidumbre depende de Allah , y es cierto que Allah puede darle lo que necesite sin que éste se valga de los medios requeridos usualmente.

Según este hadiz, el problema está en que las personas no confían en Allah , sino que se encomiendan y confían ciegamente en los medios para obtener el sustento. De esta manera, ellos deben hacer un gran esfuerzo y se extenúan, y al final no logran conseguir nada más de lo que Allah ya les había decretado. Si se encomendasen a Allah de verdad, desde lo profundo de sus corazones, Él les proporcionaría mucho sustento con menor esfuerzo, como lo hace con los pájaros que dejan los nidos por la mañana en busca del sustento.

Zaubán narró que el Profeta dijo: "La persona puede ser privada del sustento a causa de sus pecados".[3]

Yábir narró que el Mensajero de Allah dijo: "Nadie muere hasta recibir todo el sustento que Allah ha decretado para él. Entonces, temed a Allah, aumentad vuestras súplicas, tomad lo que es lícito, y dejad aquello que está prohibido".[4]

La persona que pierde uno de sus derechos por no valerse de los medios para procurarlo y luego se disgusta por haberlo perdido, es un creyente débil y derrochador. El Profeta dijo: "Un creyente fuerte es mejor y más amado por Allah que un creyente débil, aunque en ambos está el bien (debido a la fe). Preocupaos por lo que sea beneficioso para vosotros, buscad la ayuda de Allah y no seáis débiles. Si os aflige una calamidad no digáis: Si yo hubiera hecho tal o cual cosa esto no habría pasado, sino decid: ¡Allah así lo ha decretado y Él ha hecho lo que quiso! porque decir ¡si (hubiese hecho o pasado tal o cual cosa)! abre las puertas a Satanás".[5]

La persona que verdaderamente se encomienda a Allah sabe muy bien que Él le ha garantizado el sustento, está seguro de ello y confía en Allah de corazón. Sin embargo, esto no debe hacer que la persona abandone los medios para obtener el sustento. Allah ha decretado el sustento para todos los que hacen el bien y también para los malvados, creyentes e incrédulos, incluso para los animales, insectos y todo ser viviente. Allah dice: (No existe criatura en la Tierra sin que sea Allah Quien la sustenta...) (11:6)

Allah sustenta hasta los seres más débiles que no son capaces por sí mismos de procurarse el sustento: (Y cuántos animales hay que no pueden almacenar sus propias provisiones, pero Allah los sustenta y [también] a vosotros...) (29:60)

Mientras una persona esté viviendo, Allah es Quien lo sustenta, y Él tiene el poder para facilitárselo, incluso sin que se valga de los medios para obtenerlos. Pero encomendarse a Allah y suplicarle, puede, también, llevar a la obtención de muchas otras mercedes.

El fruto de encomendarse verdaderamente a Allah es aceptar Su decreto. Quien confía todos sus asuntos a Allah y acepta lo que Él escoge y decreta para él, entonces es una persona que realmente se encomienda a su Creador.


[1] Ahmad 1/30 y 52, At Tirmidhi (2344), An Nasá'i en "At Tuhfah" 8/ 79, Ibn Máyah (4163).
[2] Al Bujári (1963).
[3] Ahmad 5/277,280 y 282.
[4] Ibn Máyah (2144), Al Hákim 2/4.
[5] Muslim (2664).
Ibn Rayab Al Hanbali
Traducción: Sirhan Ali Sanchez
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