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MUHAMMAD EL PROFETA: Libertad De Culto

El Profeta, tan severo en materia de religión con los idólatras y los ateos, muestra una exquisita tolerancia con la "Familia del Libro" (Judíos y Cristianos) a quienes invita a que se le unan, para que todos los creyentes adoren al Dios Único y Verdadero:
 
¡Di: Oh Familia del Libro (Cristianos y Judíos)
Venid a una palabra igual entre vosotros y nosotros!
No adoremos más que a Dios. No asociemos a El cosa alguna.
No conozcamos otros señores que Dios.
Y si os vuelven la espalda, testimoniad que somos musulmanes.
(Corán, 3,63. Sura Al Imrán: Vers. de la familia de Imrán)

En el Pacto de Medina, que mandó redactar el Profeta; se lee:

"Los creyentes (Familia del Libro) constituyen la 'Nación de la Fe' En ella no hay diferencias ni discriminaciones de ningún tipo. Las puertas de la Comunidad (ümma) están abiertas para cuantos creen en Dios, El Clemente, El Misericordioso".

En otro párrafo dice:

"Las ' Gentes del Libro ' tienen derecho patrio y libertad en sus prácticas religiosas".

El Islam no fuerza ni presiona a Judíos y Cristianos a que se adhieran a la creencia musulmana. Gozan de total libertad.

En una carta que el Profeta dirige al obispo cristiano Abul Harit se lee:

En nombre de Dios, el Clemente,el Misericordioso. Del Profeta Muhammad al obispo Abul Harit, a los obispos del Nedjran, a sus sacerdotes, a sus monjes y a cuantos les siguen. Vuelva a ellos cuanto se halle en sus manos, ya sea poco o mucho: sus iglesias y sus monasterios.

Para ellos la protección de Dios y la de su Enviado.

Ningún obispo será expulsado de su obispado; ningún sacerdote de su iglesia; ningún monje de su monasterio.

No. se cambiará ninguno de sus derechos ni de sus poderes. Tampoco sus costumbres a las que estén habituados.

Sobre ellos la protección de Dios y de su Enviado está asegurada, mientras se comporten sinceramente, obrando de acuerdo a sus deberes.

No quedarán sometidos a la opresión ni serán opresores.

De Nedjran -la ciudad mártir- acuden a Medina, en visita de confraternidad, una delegación de cristianos presidida por Abul Harit ibn Al Qamah, y constituida por el sacerdote Abdel Masih y otros muchos fieles.

El Profeta, que tiene en gran estima a los cristianos, les recibe en la mezquita y dialoga con ellos. Este acto, que implica una gran tolerancia y respeto por la religión hermana, conquista las impatía y el corazón del obispo y sus seguidores.

La amistad islamo - cristiana tiene raices coránicas:

...encontraréis entre los cristianos
hombres buenos y afectos a los musulmanes.
Figuran entre ellos sacerdotes y monjes,
que no son orgullosos.
Y cuando escuchan la lectura de Al Corán,
se puede ver que sus ojos están llenos de lágrimas,
pues han reconocido la verdad y exclaman:
jOh Señor nuestro! ¡Creemos!.
(Corán, 5,85 - 86. Sura Al Maida: Vers. de la mesa servida)

El camino a la concordia y a la unidad está trazado. Dios y los profetas lo han establecido. En manos de los creyentes queda su cumplimiento.

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