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EL PASO HACIA EL PARAÍSO: Los Milagros Y Virtudes De Las Personas Piedosas (Los Protegidos De Dios)

EL PASO HACIA EL PARAÍSO
Dichos De Muhammad El Enviado De Dios
El-Imam Al-Nawawi
CAPÍTULO 212
Los Milagros Y Virtudes De Las Personas Piedosas (Los Protegidos De Dios)

EL LIBRO DE LAS SUPLICAS

Dios - alabado sea - dice:
"Ciertamente, los protegidos de Dios no tendrán nada que temer ni serán atribulados. Son los que creyeron, tuvieron fe y temieron a Dios. Para ellos es la buena nueva, tanto en esta vida presente, como en el Más Allí. No cabe alteración en las palabras de Dios. ¡Ese es el éxito grandioso!". El Sagrado Corán (10:62-64)

Y dice también - alabado sea -:
“Sacude el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos. Come, bebe y conténtate.”. El Sagrado Corán (19:25-26)

Y dice también - alabado sea -:
"Siempre que Zacarías la visitaba en el templo, encontraba sustento junto a ella. Decía: '¡María! ¿De dónde te viene todo eso?'. Ella respondía: Es de Dios, pues Dios provee sin medida a quien Le place". El Sagrado Corán (3:37)

Y dice también - alabado sea -:
“Si os apartáis de ellos y renegáis de cuanto adoran en vez de Allah, refugiaos en la caverna que vuestro Señor os cubrirá con Su misericordia y os secundará. Si hubieras estado presente [¡Oh, Muhammad!] habrías observado cómo el Sol salía a la derecha de la caverna y se ponía a la izquierda”. El Sagrado Corán (18:16-17)

848. Abdur Rahman Ibn Abu Bakr (que Dios esté complacido de ambos) narró que los Ashab Al Suffa (o los Compañeros de la Plataforma) eran gente muy pobre. En una ocasión el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: Una persona que tiene alimento para dos debe compartirla con una tercera persona (de Ashab Al Suffa) (y una persona que tiene alimento para cuatro personas debe compartirla con una quinta o sexta persona (es decir, de este grupo, y alimentarlos). En consecuencia, Abu Bakr (que Dios esté complacido de él) invitó a tres personas, y el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) invitó a otras diez. Pero Abu Bakr (que Dios esté complacido de él) cenó en compañía del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), y permaneció junto a él hasta la Oración de la Noche, y cuando Abu Bakr regresó a su hogar, más tarde, su esposa le preguntó: ¿Qué es lo que te demoró cuando te esperan tus invitados? él dijo: ¿Acaso no les has ofrecido la cena? Ella respondió: Se negaron a comer hasta que regresases, aunque se la ofrecí. Abdur Rahman (que Dios esté complacido de él) continúa: Salí y me escondí lleno de temor. Abu Bakr me llamó en tono severo y airado y dijo: Ahora come, y si la pitanza no es suficiente para tí, por Dios, nunca comeré. (El narrador prosigue) Comenzamos a comer, y así sucedió que por cada bocado que cogíamos (de la parte superior), surgía de la parte inferior una porción más que equivalente, hasta que cada uno comió hasta estar satisfecho y la cantidad de alimento era mayor que al principio. Abu Bakr miró los alimentos y dijo (sorprendido) a su mujer: ¡Oh, hermana de Bani Firas! ¿Qué es esto? Ella dijo: ¡Mi sosiego y mi felicidad! Ahora (la cantidad de alimentos) es tres veces superior de la que había al principio. Abu Bakr (que Dios esté complacido de él) también compartió los alimentos y dijo acerca de su anterior voto que había sido impulsado por Satán, y luego llevó la comida al Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), donde quedó hasta la mañana. En aquel día había vencido el período de tregua acordado con una tribu, y en consecuencia doce de nosotros habíamos sido nombrados exploradores (para observar el movimiento del enemigo), y cada explorador tenía un número indeterminado de hombres bajo su mando; sólo Dios sabe cuántos hombres había allí con esos exploradores. Todos ellos comieron (a plena satisfacción) de aquella comida.

849. Abu Huraira (que Dios esté complacido de él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: Antes de vosotros, existían los "Muhaddasín" (hombres Receptores de las indicaciones de Dios). Si existiese tal persona de entre mi pueblo, ésta sería U'mar.

850. Yaber Ibn Samura (que Dios esté complacido de ambos) narró que las gentes de Kufa se quejaron contra Sa'd Ibn Abu Waqqas (que Dios esté complacido de él) ante el Califa U'mar Faruq (que Dios esté complacido de él), quien destituyó a Sa'd y nombró a ’Ammar (que Dios esté complacido de él) gobernador de Kufa. En su protesta, alegaron que él (Sa'd) ni siquiera les dirigía adecuadamente en la oración. En consecuencia, U'mar (que Dios esté complacido de él) llamó a Sa'd (que Dios esté complacido de él) a Medina y le dijo: ¡Oh. Abu Is-haq (tal era su apodo)! Las gentes de Kufa se quejan de que ni siquiera encabezas bien las oraciones. Sa'd (que Dios esté complacido de él) replicó: ¡Por Dios, encabecé la oración según las normas del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) sin ni siquiera un solo cambio. En la oración de la noche (I'cha) alargaba las primeras dos raka'ats y acortaba las dos últimas raka'ats. U'mar (que Dios esté complacido de él) dijo: ¡Oh, Abu Is-haq! También eso es lo que pensé de tí; y posteriormente U'mar le envió con un hombre (o con varios hombres) a Kufa para investigar el asunto con las personas del lugar. El caso fue seguido en todas las mezquitas y todas las personas le alabaron por sus buenos modales y virtudes; salvo en el caso de la mezquita de Bani Abs, donde un nombre llamado Usama ibn Qatada, apodado Abu Sa'd, dijo: Dado que hemos sido llamados a hablar, entonces diré que Sa'd (que Dios esté complacido de él) no dirigió una expedición, ni distribuyó los trofeos de guerra forma igualitaria, y tampoco hizo justicia en las disputas. Al oír esto, Sa'd (que Dios esté complacido de él) dijo: ¡Por Dios! Yo también diré tres maldiciones (para este hombre). Sa’d dijo: ¡Oh, Dios! Si este siervo tuyo ha mentido y se ha levantado para destacarse y ganar notoriedad, entonces prolóngale su vida y alarga su pobreza, y aflígelo con duras pruebas.
Años después de esto, cuando el hombre era preguntado sobre su situación, se lamentaba y decía: Soy un hombre muy viejo que sufre pruebas y problemas; estoy atrapado por la maldición de Sa'd. Sobre Usama, el relator narró en base a lo contado por Yaber Ibn Samura: Vi a este hombre cuando sus cejas, debido a su avanzada edad, habían caído sobre sus ojos, y vagabundeaba por los caminos lisonjeando e importunando a las muchachas.

851. Ibn 'Umar (que Dios esté complacido de ambos) narró que cada vez que Umar (que Dios esté complacido de él) hablaba sobre alguna cuestión, añadía: “Creo que esto es así", y la cuestión solía ser tal y como él había dicho.

Selección y Prologo: Prof. Dr. M.M Al-Azami
Traducción de texto: Ahmed M. Safi
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