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La Verdadera Musulmana No Es Arrogante Ni Orgullosa

La verdadera musulmana no es arrogante ni orgullosa. Tampoco menosprecia a otras mujeres inferiores a ella en términos de belleza, riqueza, linaje o condición porque la musulmana que comprende las enseñanzas del Islâm sabe que la arrogancia y orgullo en este mundo, le negarán las bendiciones de la vida futura. Porque Allâh  ciertamente, negará a los hombres y mujeres arrogantes sus bendiciones. Estas bendiciones son solamente para aquellos que rechazaron la arrogancia y el orgullo en este mundo:

[Y hemos destinado el Paraíso para quienes no se ensoberbecen en la tierra ni la corrompen, y por cierto que la bienaventuranza será para los piadosos.] (28: 83)

    Ella también sabe que Allâh no ama a los jactanciosos arrogantes.

[No le des vuelta la cara a la gente y no andes por la Tierra con arrogancia. Ciertamente Allah no ama a quien es presumido y engreído.] (31: 18)

   Quien examine los textos de Hadîces, se asombrará de la atención prestada por el Profeta  para erradicar la arrogancia, de los corazones de la gente. Prohibiéndola, refrenándola, y advirtiendo a los hombres y mujeres, afligidos por la  arrogancia que perderían todo en la vida futura sólo con el  peso de un átomo de orgullo, que Shaitân colocó en sus corazones. Dichas personas estarán entre los arrogantes a los cuales, Allâh les ha negado la entrada al Paraíso, como fue expresado en el Hadîz narrado por Muslim:

"Nadie que tenga en su corazón el peso un átomo de soberbia, entrará en el Paraíso". Un hombre preguntó: "¿Qué sucede si a un hombre le gusta lucir buenas vestimentas y sandalias?". Él dijo, "Allâh es Hermoso, y ama la belleza  (es decir, que el querer lucir bien, no constituye un acto de soberbia o arrogancia). Soberbia es negar la verdad y menospreciar a la gente".[1]

Hârizah ibn Wahb  dijo:

"Escuché decir al Mensajero de Allâh : "¿No os he hablado sobre la gente del Infierno? Todo aquel que sea riguroso, orgulloso, despectivo y arrogante".[2]

    A las mujeres arrogantes y orgullosas que se ufanan ante sus amigas, les bastará saber la humillación moral que Allâh ha preparado para ellas en la vida futura: Allâh ni siquiera las mirará, ni les dirigirá la palabra, tampoco las elogiará, y está será su máxima humillación. El Profeta dijo:

"El Día de la Resurrección, Allâh , no mirará a quienes dejen arrastrar sus vestimentas sobre la tierra, por arrogancia".[3]

"Existen tres personas a las cuales Allâh no hablará, ni absolverá, y tampoco mirará el Día del Juicio, y para ellos habrá un castigo doloroso: un anciano que cometió adulterio, un rey que dice mentiras, y un pobre que es arrogante".[4]

   La soberbia es uno de los atributos divinos al cual, los débiles seres humanos no tienen derecho. Aquellos arrogantes y orgullosos que transgreden en la esfera de lo divino, emulándose con el Todopoderoso Creador por medio de uno de sus sublimes atributos, merecen el severo castigo que refirió el Profeta :

"Allâh dice: ‘El poder es mi capa y el orgullo es mi manto, a quienquiera rivalizar conmigo en ambas atribuciones lo castigare’".[5]

    Muchos Hadîces advierten a los creyentes en contra de ser tentados por la soberbia en momentos de debilidad humana. El Profeta solía utilizar diversos métodos para prevenirlos, de modo tal que los creyentes piadosos estuvieran protegidos de la atroz enfermedad de la arrogancia. Por ejemplo:

"Quien se envanezca de sí mismo, o camine con una actitud arrogante, encontrará a Allâh   disgustado con él".[6].


[1]  Sahîh Muslim, 2/89, Kitâb al imân, bâ­b tahrîm al kibr.
[2]  (Bujâri y Muslim), Ver Riyâdh al Salihîn, 334, Bâb tahrîm al kibr wa'l i 'jab.
[3]  (Bujâri y Muslim), Ver Sharh al Sunnah, 12/9, Kitâb al libâs, bâb taqsîr al ziyâb.
[4]  Sahîh Muslim, 2/115, Kitâb al îmân, bâb bayân al thalatha alladhina la yukallimuhum Allâh yawm al qiyamah.
[5]  Sahîh Muslim, 16/173, Kitâb al birr wa'l silah wa'l adâb, bâb tahrîm al kibr; narrado también por Bujâri en Al Adâb al Mufrad, 2/9, Bâb al kibr.
[6]  Narrado por Bujâri en Al Adâb al Mufrad, 2/7, Bâb al kibr.
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