La Verdadera Musulmana No Abandona A Sus Hermanas
La mujer musulmana que verdaderamente comprende las enseñanzas del Islam no ignora el hecho de que el Islam estimuló el amor fraternal y el afecto mutuo. También es la religión que ha prohibido odiar o abandonar a los hermanos y hermanas en la fe. El Islam ha explicado que dos personas que se aman el uno al otro por Allah no pueden verse separados por la menor ofensa que uno de ellos pueda cometer, ya que el vínculo de amor por Allah
es demasiado fuerte para ser quebrado por dichas minucias. El Profeta
dijo:
"Dos personas que se amen el uno al otro por Allah o por el Islam no dejarán que la menor ofensa de cualquiera de los dos se interponga entre ellos".11
La ira puede afectar a una mujer en momentos de debilidad humana, y hasta puede herir a su hermana, lo cual podría provocar sentimientos enfrentados y conflictos. En tales casos, la musulmana no debe olvidar que el Islam no ignora la naturaleza humana y su vulnerabilidad a las emociones. Por esa razón, el Islam definió el período de tiempo durante el cual la ira puede apaciguarse. Este período está considerado en tres días. Después que haya pasado ese tiempo, está prohibido para las dos partes en conflicto rehusarse a la búsqueda de una reconciliación. El Profeta dijo:
"Para un musulmán no está permitido enemistarse con su hermano durante más de tres días. El mejor de ellos será el que salude primero al otro".12
La palabra "musulmán", obviamente, abarca tanto a hombres como a mujeres cuando aparece en un Hadîz como éste, que establece las disposiciones que dirigen las vidas de los individuos, las familias y sociedades en el mundo islámico.
En consecuencia, podemos ver que la musulmana cuyo espíritu ha sido modelado por el Islam no persiste en ignorar a su hermana, sea cual sea la razón. Más bien se apresura a llegar a una reconciliación y la saluda con el salâm porque sabe que la mejor de ellas es quien saluda primero a la otra. Si su hermana devuelve su salâm, ambas compartirán la retribución de la reconciliación, pero si la otra parte no devuelve el saludo quien sí lo hizo será absuelta del pecado de abandonar a su hermana, mientras quien rehusó devolver el salâm tendrá el peso de ese pecado. Esto fue aclarado en el Hadîz en que Abû Hurairah dijo:
"Escuché al Mensajero de Allah decir: ‘No está permitido a un hombre permanecer enemistado con un creyente durante más de tres días. Si han pasado tres días, debe ir y darle el salâm a la otra persona. Si el otro devuelve el salâm, ambos compartirán la recompensa, pero si no responde, quien dio el salâm será absuelto del pecado de desavenencia".13
No hace falta remarcar que la palabra "hombre" en el contexto de este Hadîz, se refiere tanto a hombres como a mujeres. Cuanto más prolongado sea el período de desavenencia o separación, mayor será el pecado de ambas partes. El Profeta dijo: "Quien abandone a su hermano por un año, será como si hubiera derramado su sangre".14
¡Qué terrible es el pecado de abandonar a una hermana o a un hermano en Islam! ¡Qué pesada es la carga del culpable de este pecado vinculado al derramamiento de sangre! El sistema islámico de educación está basado en el amor mutuo, el afecto, y en el contacto actual. Por ende, el Islam quiere que los musulmanes eliminen el odio y la envidia de sus vidas, y no den ningún lugar a éstas características nocivas que contradicen la hermandad de la fe. El Islam está llenó de enseñanzas que describen la mejor ética desde que el hombre caminó por primera vez sobre la superficie de la Tierra:
"No interrumpáis los vínculos el uno con el otro, no os rechacéis el uno al otro, no os odiéis el uno al otro, no os envidiéis el uno al otro. Sed hermanos como Allah os ha ordenado".15
"Guardaos de la sospecha, pues hablar sobre la base de una sospecha es la peor clase de mentira. No os busquéis defectos unos a otros, no os espiéis unos a otros, no compitáis unos con otros, no os envidiéis unos a otros, no os odiéis unos a otros, y no os rechacéis unos a otros. ¡Oh, siervos de Allah! Sed hermanos".16
"No os envidiéis unos a otros, no pujéis uno por encima de la oferta del otro (a fin de inflar los precios), no os odiéis unos a otros, no os rechacéis unos a otros, y no entréis en una transacción cuando otros ya hayan entrado en ella. ¡Siervos de Allah! Sed hermanos. Un musulmán es el hermano de otro musulmán. Él no lo oprime, no lo humilla, ni lo deprecia. La taqua está aquí - y al decir esto señaló su pecho tres veces - Para un hombre es suficiente maldad el despreciar a su hermano musulmán. La integridad de un ser musulmán es sagrada para otro musulmán; su sangre, sus bienes, y su honor son inviolables."17
La mujer musulmana que recibe una educación islámica íntegra reflexiona con profundidad estas enseñanzas del Profeta que contienen las más nobles características tales como el amor, la amistad, la hermandad, la sinceridad, la compasión, y el desprendimiento. Ella no será capaz de persistir en el odio, porque nadie puede hacerlo excepto la persona ruin y de mente estrecha, de corazón enfermo y de naturaleza retorcida. La fiel musulmana está sumamente alejada de tales características.
Por lo tanto el Islam expidió una rigurosa advertencia a las personas de corazón duro, hombres y mujeres por igual, que están desviadas del auténtico Islam y de su espíritu de tolerancia al insistir en permanecer enemistadas. Ellas se arriesgan a tener un destino atroz en la vida futura: sus acciones pueden impedirles alcanzar la misericordia y el perdón de Allah , y hasta les pueden cerrar los portales del Paraíso. El Profeta
dijo:
"Los portales del Paraíso están abiertos los lunes y jueves, y todo siervo que no asocie nada a Allah será perdonado, excepto aquel que guarde rencor en contra de un hermano. Se le dirá: ‘Esperad por estos dos hasta que se reconcilien, esperad por estos dos hasta que se reconcilien, esperad por estos dos hasta que se reconcilien’".18
El gran Sahâbi Abû Ad Dardâ' solía decir: "¿Acaso no os he hablado acerca de algo que es mejor para vosotros que la caridad y el ayuno? Reconciliad a vuestros hermanos, porque el odio disminuye la recompensa".19
Cuán importante es para las mujeres comprender y meditar la perspicacia incisiva de este gran Sahâbi dentro del espíritu de esta religión basada en la hermandad y el amor, cuando tienen discusiones y conflictos. Abû Ad Dardâ', en cuya inteligencia y buen sentido el Profeta solía confiar, comprendió que el odio suprime las buenas acciones y destruye sus recompensas, por eso reconciliar al musulmán enemistado con su hermano es mejor que la caridad y el ayuno, porque si continua guardando rencor contra su hermano se le negará cualquier recompensa que pueda recibir por esos actos de adoración.
15 Sahîh Muslim, 16/120, Kitâb al birr ua as silah ua al adab, bâb tahrîm adh dhann ua at tayassus ua at tanâfus.