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La Verdadera Musulmana Es Fiel Y Amable

El Islam no se limita a estimular a sus seguidores a ser respetuosos y amables con sus amigos sino también los estimula a ser amables con los padres de sus amigos, en reconocimiento de la virtud de amabilidad y lealtad, con el fin de establecer estos valores como una parte esencial de la vida islámica. Los libros de nuestra herencia están repletos de relatos de lealtad y amabilidad encarnados en la vida diaria de los salâf, que se convertirían en un hermoso ejemplo para toda la humanidad.

   Un ejemplo de estos relatos es el Hadîz narrado por el Imâm Muslim en su Sahîh proveniente de Umar , en que el Profeta dijo:

"La mejor clase de bondad (birr) es que un hombre se mantenga en contacto con el padre de su amigo y lo respete".32

   El Profeta solía nutrir las almas de los musulmanes y sembrar las semillas de la fidelidad entre ellos cada vez que encontraba una oportunidad para decirles algo acerca de su conducta.

"Un hombre de Banû Salamah se presentó ante él y le preguntó: ‘Mensajero de Allah ¿Existe algún acto de amabilidad y respeto que pueda hacer por mis padres después de que mueran?’. Él contestó: "Sí. Ora y pide perdón por ellos, cumple sus promesas, mantén contacto con tus parientes - pues tú no tienes parientes sino es a través de ellos - y honra a sus amigos".33

   El Profeta estableció el modelo más elevado de fidelidad y amabilidad al cuidar a los amigos de Jadîyah después de que ella muriera. Él jamás los olvidó, ni dejo de tratarlos gentilmente. La preocupación del Profeta por los amigos de Jadîyah perturbó a ‘Â'ishah , quien se sintió celosa. Esto se pone en evidencia en las propias palabras de ‘Â'ishah:

"Nunca sentí celos de ninguna de las esposas del Profeta como los sentí de Jadîyah , aunque nunca la vi. Él solía mencionarla a menudo, y a veces sacrificaba un cordero, cortaba la carne y se lo enviaba a los amigos de Jadîyah. Cierta vez le dije: ‘¡Es como si no hubiera otra mujer en el mundo que no fuera Jadîyah!’ Él me dijo: ‘Ella era de tal y cual manera, y yo tuve hijos con ella’".34

   Según otro relato: "Él solía sacrificar un cordero y enviaba a sus amigos (de Jadîyah) una buena ración del mismo".35

    A través de este ejemplo, el Profeta expandió el concepto de fidelidad y amabilidad para abarcar a los amigos distantes de padres y esposas fallecidas. Entonces ¿Cómo no ser amable y fiel con nuestros propios amigos que todavía viven?

   La mujer musulmana verdaderamente guiada por el Islam jamás es arrogante con sus hermanas y amigas; nunca está malhumorada, y nunca utiliza palabras duras con ellas. Ella siempre es amable, gentil y amigable con ellas, tratándolas bien y conversando con ellas decentemente. Las palabras de Allah  que describen a los creyentes y a las creyentes como: [...compasivos con los creyentes, severos con los incrédulos...] (5:54) son suficientes para darnos un vívido cuadro de cómo debe ser la musulmana con sus amigas y hermanas. 

   Cuando la musulmana escucha las enseñanzas del Profeta, encuentra una sólida evidencia en el apoyo de la amabilidad hacia otras personas. Esta amabilidad fue descrita como algo que puede ornamentar cada aspecto de la vida, tal como el Profeta mencionó:

"La amabilidad en un acto añade belleza al mismo, y su ausencia lo desfigura".36

    Cuando la musulmana estudia la vida del Profeta , se impresiona por la magnífica naturaleza de su carácter, su abrumadora bondad y su extrema amabilidad en el trato con la gente. Nunca se le vio fruncir el entrecejo a alguien, hablar duramente, ser severo o de corazón duro. Allah dice:

[Si hubieras sido rudo y duro de corazón se habrían alejado de ti...] (3:159)

    Anas , su siervo y constante compañero, describió su noble carácter de la siguiente forma:

"Serví al Mensajero de Allah  durante diez años, y nunca me dijo '¡uf!’ (es decir, la menor expresión de descontento o enojo). Si hacía algo, nunca me decía: '¿Por qué estás haciendo tal cosa?'. Y si no hacía nada, él tampoco me decía: '¿Por qué no haces nada?".37

Anas también dijo:

"El Profeta jamás usaba un lenguaje obsceno, ni tampoco pronunciaba maldiciones ni insultos. Si quería reprender a alguien, decía: ‘¿Qué sucede con él? ¡Qué incremente sus prosternaciones!’"38 39.


32  Sahîh Muslim, 16/110, Kitâb al birr ua as silah ua al adab, bâb fadl silah asdiqâ' al ab ua al umm.
33  Relatado por Ibn Hibbân en su Sahîh, 2/162, Kitâb al birr ua al ihsân, bâb haqq al uâlidain.
34  Fath al Bârî, 7/133, Kitâb manaqib al Ansâr, bâtazwij al Nabi Jadiiyah wa fadliha; Sahîh Muslim, 15/201, Kitâb al fada'il, bâb fada'il Jadiiyah.
35  Fath al Bârî, 7/133, Kitâb manaqib al Ansâr, bâb tazwij al Nabi Jadiiyah wa fadliha.
36  Sahîh Muslim, 16/146, Kitâb al birr ua as silah ua al adab, bâb fadl ar rifq.
37  Al Bujâri y Muslim. Ver Riâd As Salihîn,336, Bâb husn al jalq.
38  Ha sido sugerido que esta expresión significa que el Profeta oraba para que la persona aumentase su suyûd, es decir, rezase más, pues así se encaminaría y se reformaría. (Nota del Autor)
39  Fath Al Bâri', 10/452, Kitâb al adab, bâb lam iakun an nabi fâhishan ua lâ mutafahhishan.
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