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EL PASO HACIA EL PARAÍSO: Guardar Los Secretos

EL PASO HACIA EL PARAÍSO
Dichos De Muhammad El Enviado De Dios
El-Imam Al-Nawawi
CAPÍTULO 76
Guardar Los Secretos
LIBRO DE LA BUENA EDUCACION Y LAS BUENAS MANERAS

Dios -alabado sea- dice:
“Y cumplid con los compromisos pues de ello, habrá que rendir cuenta!". El Sagrado Corán (17:34)

370. Abu Sa'id Al Judrí (que Dios esté complacido con él) narró que el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo: El peor lugar ante Dios, en el Ultimo Día, lo ocupará un hombre que se acuesta con su mujer, luego habla a otros de su intimidad, haciendo públicos los secretos de alcoba.

371. A'icha (que Dios esté complacido con ella) narró: Las esposas del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) estuvimos en cierta ocasión, sentadas en su presencia. En aquellos momentos vimos que su hija Fatima venía andando. Su manera de andar era idéntica a la del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Cuando la vio, la saludó cariñosamente y le dijo: ¡Hija mía! ¡Bien venida seas!.
Luego la invitó a sentarse a su derecha o su izquierda y le susurró algo en el oído. Ella se puso a llorar, cuando observó su gran dolor, volvió a susurrarle otra vez al oído y ella se puso a reír.
Así que le dijé: ¡Oh Fatima! Eres única entre las mujeres, pues el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) jamás ha susurrado a ninguna un secreto. Aun así, ¿estabas llorando?.
Un poco más tarde, el Enviado de Dios se levantó y se marchó. Fue entonces cuando pregunté a Fatima: ¿Qué era lo que te dijo el Enviado de Dios? (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Ella respondió: ¡No será yo quien desvele los secretos del Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él).
Cuando murió el Enviado de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), pregunté a Fatima: ¿Por qué no me cuentas lo que el Profeta te dijo en aquella ocasión?.
Dijo: Ahora, sí que lo haré. La primera vez que me susurró fue para decirme que: "El Arcángel Gabriel venía todos los años una vez para escuchar la recitación del Corán por mí, pero que este año vino dos veces para escuchar la recitación. Por esto, siento que el final de mi vida se acerca. Así que teme a Dios y ten paciencia pues fuí el mejor predecesor para ti". Fue cuando me viste llorar. Pero cuando observó mi pena, me susurró la segunda vez diciendo: "¡Oh Fatima! ¿No te gustaría ser la primera señora entre las mujeres creyentes, o la primera señora entre las mujeres de esta nación". Fue cuando me viste reír.

Selección y Prologo: Prof. Dr. M.M Al-Azami
Traducción de texto: Ahmed M. Safi
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