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El Verdadero Musulmán Se Esfuerza Por Reconciliar A Los Musulmanes

Parte de preocuparse en el bienestar de los musulmanes y protegerlos de los daños involucra el esforzarse en reconciliar a las partes enfrentadas en una disputa. Los textos que se ocupan del tema de la reconciliación entre los musulmanes son demasiados para ser citados aquí, por eso sólo expondremos unos ejemplos: 

{Y si dos grupos de creyentes se combaten entre sí procurad reconciliarles. Si uno de los dos actúa abusivamente contra el otro, combatid al grupo opresor hasta que respete las leyes que Allah ha establecido; y si lo hace, entonces arreglad el problema entre ambos grupos con equidad. Sed justos, pues Allah ama a quienes establecen la justicia.} [49:9] 

Ésta es una orden divina decisiva para reconciliar entre dos partes conflictivas, aun cuando signifique la lucha con el grupo que no quiere reconciliarse con sus hermanos, hasta que la justicia y la hermandad una vez más prevalezcan en la sociedad musulmana: 

{Ciertamente los creyentes son todos hermanos entre sí; reconciliad pues a vuestros hermanos, y temed a Allah para que Él os tenga misericordia [en esta vida y la otra].} [49:10] 

El Profeta (B y P) se esforzaba por reconciliar los grupos enfrentados, sin tener en cuenta lo ocupado que estaba con los deberes de la Da‘uah, para confirmar a los musulmanes la obligatoriedad de la reconciliación. Abû Al ‘Abbâs Sahl Ibn Sa‘d As Sâ‘idi (R) relató, en un largo Ĥadîz cuya autenticidad es aceptada, que el Profeta (B y P) se enteró que había algunas disputas entre los miembros de Banû ‘Amr Ibn ‘Auf entonces salió con algunas personas, para buscar una solución hasta que fuera el tiempo de la oración. 

El Profeta (B y P) estaba muy convencido de que la hermandad debía prevalecer en la sociedad musulmana y que las vidas de los musulmanes debían llenarse de armonía, pureza y tolerancia. Él siempre los estimulaba, a través de sus palabras y acciones, para que realizasen buenas obras, y para que fuesen amables y tolerantes. Él prestó mucha atención a esta educación islámica, para que el enojo, las disputas y la terquedad se vuelvan satisfacción, pureza y tolerancia. Un ejemplo de esto lo relata ‘Â'ishah(R): 

El Mensajero de Allah (B y P) oyó gritos debido a una disputa que provenía de afuera de la casa. Uno de los que discutía le pedía al otro que le condonara parte de la deuda y que le diese más tiempo para pagarle el resto de la misma, pero el otro le decía: Por Allah, yo nunca haré semejante cosa. El Mensajero de Allah (B y P) salió y dijo: "¿Dónde está aquel que jura por Allah que nunca hará una buena acción?" El hombre sentía tanta vergüenza cuando escuchó la voz del Mensajero de Allah denunciándolo y reprendiéndolo, que cambió de parecer y dijo: Era yo ¡Oh, Mensajero de Allah! pero ahora aceptaré su propuesta.[1] 

Para llegar a una reconciliación entre la gente, el Profeta (B y P) permitía decir muchas de las cosas que las personas tienden a sumar con la esperanza de terminar la disputa y reconciliar las partes involucradas y ablandar los corazones duros. No se considera que tales comentarios son Ĥarâm, y aquel que los dice es un mentiroso o un pecador. Nosotros encontramos esto en el Ĥadîz relatado por Umm Kulzûm Bint ‘Uqbah Ibn Abî Mu‘ait (R), quién dijo: 

Oí al Mensajero de Allah (B y P) decir: "No es un mentiroso aquel que reconcilia a las personas diciéndoles cosas buenas o diciendo algo bueno".[2] En un informe narrado por Muslim, ella agregó: Yo no oí que él permita que las personas digan tales cosas excepto en tres casos. Ella quiso decir: En la guerra, en la reconciliación entre las personas y en la relación entre los cónyuges.


[1] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
[2] Transmitido por Al Bujâri y Muslim
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