El Verdadero Musulmán Es Modesto Y Discreto
Otra característica del musulmán es que es modesto y discreto, y no le agrada provocar escándalos en la comunidad musulmana. Esto está de acuerdo con la guía del Corán y la Sunnah que advierte a esos malhechores que disfrutan de calumniar el honor de la gente y hablan de sus faltas con un severísimo castigo en la otra vida:
{Aquellos que desean que se propague la obscenidad entre los creyentes, tendrán un doloroso castigo en esta vida y en la otra...} [24:19]
Aquel que da rienda suelta a su lengua propagando escándalos en la comunidad es un gran pecador como el que realiza una acción escandalosa. ‘Ali Ibn Abî Tâlib (R) dijo: ‘El que dice algo obsceno y el que lo divulga cometen el mismo pecado’.[1]
El individuo en una sociedad islámica es discreto y modesto. Él está por encima de todos estos temas. Tiene fuerza de carácter gracias a las enseñanzas del Islam, se resiste de la maledicencia y se abstiene de divulgar los pecados, sean sus propios pecados o algo que ha oído o ha visto de otros. Él considera las palabras del Profeta (B y P):
"Todos los miembros de mi Ummah están a salvo, excepto aquel que difunde los pecados. Un ejemplo de esto es el hombre que hace algo por la noche, y a la mañana, a pesar de que Allah ha ocultado su pecado, le dice a otro: ¡Oh, fulano! Hice tal cosa anoche. Su pecado había sido ocultado toda la noche por su Señor, pero por la mañana expuso lo que Allah había ocultado".[2]
"A la persona que oculte el pecado de otro en este mundo Allah le ocultará sus pecados en el Día de la Resurrección".[3]
Algunas personas le dijeron a ‘Uqbah Ibn ‘Âmir: Nosotros tenemos vecinos que beben embriagantes y hacen tal y tal cosa. ¿Debemos decirle a nuestro gobernante? Él dijo: No, porque escuché al Profeta (B y P) decir: "Quienquiera que vea la falta de un musulmán y no la divulgue, será como si le devolviese la vida a una bebita que ha sido enterrada con vida".[4]
La debilidad humana no se repara buscando y transmitiendo las faltas de las personas, sino explicando las cosas adecuadamente, estimulando a la gente para que sea obediente y desalentándolos a que cometan pecados sin aspereza ni rudeza. Un acercamiento dócil ablanda los corazones y abre las mentes. Por consiguiente el Islam les prohibió a las personas espiarse entre sí o buscar las faltas en los demás. Allah dice: {No os espiéis...} [49:12]
Ibn Mas‘ûd (R) informó que un hombre fue traído ante él y se le dijo: La barba de este hombre está goteando con vino. Él dijo: ‘A nosotros se nos ha prohibido espiarnos mutuamente, pero si algo se pone de manifiesto, lo tomamos como evidencia’.[5]
Buscar las faltas de los musulmanes, espiarles, exponer y transmitir sus debilidades y limitaciones, hiere a las personas, y por consiguiente daña a la comunidad en la que ellas viven. Las calumnias y las imputaciones no deben extenderse en una comunidad, porque causan la desintegración y la inmoralidad. Entonces el pecado se toma ligeramente, la malicia es común, las conspiraciones abundan, el odio prevalece, y la corrupción se propaga. El Profeta (B y P) se refirió a esto de la siguiente manera:
"Si buscas las faltas de los musulmanes, los corromperás".[6]
Así el Profeta (B y P) emitió un veredicto que advierte a los musulmanes contra el peligro de calumniar el honor de las personas y exponer sus faltas. Él advirtió que el que toma tales actitudes ligeramente estará muy expuesto a que se sepan sus pecados y a sufrir una humillación en su familia:
"No hiráis los sentimientos de los siervos de Allah, no les avergoncéis, y no busquéis exponer sus faltas. Quienquiera que busca exponer las faltas de su hermano musulmán, Allah buscará exponer sus faltas y lo humillará ante su familia".[7]
Un relato de Ibn ‘Abbâs muestra el enojo del Profeta (B y P) y su rigurosa postura hacia aquellos que calumnian el honor de otros.
El Profeta (B y P) pronunció un discurso que llegó hasta los oídos de las vírgenes que estaban escondidas en sus habitaciones privadas. Él dijo: "¡Oh, aquellos que han declarado creer pero aún la fe no ha penetrado en sus corazones! No hiráis los sentimientos de los creyentes y no busquéis sus faltas. Quienquiera que busca las faltas de su hermano musulmán, Allah buscará sus faltas, y quienquiera que sus faltas sean buscadas por Allah será humillado hasta en su propio hogar".[8]
La severidad del Profeta hacia aquellos que pensaron que era insignificante calumniar el honor de otros lo motivó a decir la siguiente frase: "¡Oh, aquellos que han declarado creer pero aún la fe no ha penetrado en sus corazones!"
¡Qué grande es el pecado que cometieron aquellos cuyos corazones están privados de la bendita fe! Es un gran pecado, que a pesar que ellos se lo tomen a la ligera ante Allah es una cuestión muy seria.